2007_Viena, Día 8
septiembre 11, 2007
Hoy no llueve. Biennnnn!!!
Hemos cogido el metro a Schönbrunn (www.imperial-austria.at), llegando a las 9:30. No hemos hecho cola y a las 10:00 ya estábamos visitando el palacio con audio guía. Un buen invento.
Luego nos hemos pateado los jardines hasta la glorieta, nos hemos metido en el laberinto y… espera, lo voy a explicar… Al ver el laberinto, Fa a dicho: «y esta M es el laberinto, pero si es muy pequeño!!!». Pues gracias a dios que es pequeño porque sino todavía le estoy esperando en la plataforma!!! Os cuento, hay que llegar a una plataforma elevada en un árbol desde donde ves todo el laberinto y tienes la indicación de salida. Nos hemos separado, he llegado a la plataforma y 10 minutos después le he indicado el camino para llegar. Vaya risas!!!
La visita ha acabado con la casa de las palmera y los jardines laterales, bocata, metro y hacia el hotel ya que habíamos decidido improvisar y coger una excursión de 4 horas al sur de Viena: Baden, Mayerling, el monasterio de Santa Cruz y el lago subterráneo más grande de Europa donde se rodaron escenas de «Los tres mosqueteros».
Al volver, hemos seguido con la búsqueda de las estrellas de Mozart y Beethoven.
Veréis, en el suelo de la calle que lleva a la catedral hay 78 estrellas de músicos. El último está tocando la Sthephansdome. Las estrellas bajan al metro en Opera y vuelven a salir en Karlplatz con el número 19. No hemos tenido narices a encontrar los otros 18 numeros que es donde deben estar las estrellas de Mozart y Beethoven. Casi como un juego íbamos de una a otra: Listz, Schumann, Haydn… una señora se ha puesto a imitarme fotografiando el suelo. Yo tengo mis motivos… pero señora ud. verá.
Hay quien colecciona pins, yo colecciono estrellas, que pasa! Y si alguien tiene la de Mozart o Beethoven tengo unas 17 para intercambiar…
Después de cenar de nuevo en Garibaldi, hemos acabado nuestro intenso caminar en el barrio de los museos, lloviendo de nuevo no hay nadie aquí.
Son las 21:30 y Fa me da un ultimátum: «al hotel pero ya, no voy ni a escribir en el blog, sólo quiero mi cama y un paracetamol».
Tiene razón, yo tampoco me aguanto de pie. Han sido tres días intensos en los que hemos visitado todo lo que había previsto y más. Ha sido un compañero maravilloso que me ha dejado hacer con la convicción de que mi planning era bueno, improvisando y adaptándose a giros horarios y disfrutando conmigo de lo visto y lo vivido. Sobre todo le valoro el estoicismo de aguantar unas caminatas inaguantables incluso para mí, teniendo en cuenta que lo suyo es y será ir subido en su Ultra. Un beso amore y gracias por estos días…