Tras nuestra primera incursión en el mundillo Harley, nos apuntamos al Barcelona Chapter, (www.barcelona-chapter.com),  para poder realizar con ellos sus rutas y excursiones.

Tal y como suele pasar cuando alguien empieza una actividad que le es novedosa, esta se transforma prácticamente en una droga…así que, por real decreto ley, el año pasado no faltamos a ninguna salida: ya fuera desayuno, excursión o fin de semana.

Creo que nunca he tenido tan alto índice de asistencia a nada (exceptuando el curro, por supuesto). Ojalá perseverara tanto con el gimnasio…

Tanto «esfuerzo» se vió recompensado con el precioso bien que los harlistas anhelan: un PARCHE!!!

Leísteis bien los que no estáis familiarizados…dije PARCHE. Les gusta lucir pines y parches de chapters, concentraciones, HOG rallies, de millas, full rider…

El que hace ruta los compra para luego intercambiarlos con otros….cuantos más se luzcan en el chaleco, mejor (divertido verlos como niños cambiándose cromos…).

Cuanto más raro y difícil de conseguir sea, más buscado está (el del Rihad que nos trajo un amigo está en el top ten de los nuestros…).

Que decir de este primer año: hemos visto carreteras entre montañas que nunca habría imaginado estuvieran aquí, pueblos que sólo había oído nombrar, visitado sitios interesantes y conocido gente con ganas de pasárselo bien disfrutando al aire libre.

Hemos visto el proceso de elaboración del vino en unas famosas bodegas, comido en el parador de Cardona, dormido sobre las playas de Palafrugell, hecho un curso en Calafat, corrido en el circuito del Jarama en Madrid, (www.jarama.org), asistido a la elaboración del aceite, hecho ruta por Llaers o dormido en el monasterio de Rueda. El aburrimiento no tiene cabida aquí.

Así que Fabry decidió que nuestras vacaciones iban a ser en moto y montamos una ruta para visitar en cuatro semanas Córcega, Sardenya, Sicília y, entrando por la punta de la bota y obviando Roma y La Toscana (que merecen una ruta a parte), subir atravesando toda Italia hasta Venecia y la región de los lagos pero, esta «aventurilla» y sus desventuras os la explicaremos en el próximo escrito…

Nuestro primer contacto con el «mundillo» Harley, consiguió un único pensamiento dando vueltas en mi cabeza: «Cómo me he metido yo aquí? Dónde está la puerta que quiero salir?»

Os pongo en situación…: concentración (no oficial), tíos (y tías) de lo más macarra que he visto luciendo motos transformadas haciendo un ruido del infierno, alcohol por un tubo y espectáculo de streeptease…

Como dijeron mis amigas: «Qué coño hace una pija como tú en un sitio así?…». Lo mismo me preguntaba yo, mira por donde.

Total, que de concentraciones así «una y no más» o, inmortalizando la célebre frase de Fabry, «nunca mais». Nos montamos nuestra propia concentración paralela con gente del Chapter Castellón, (www.castellonchapter.com): buena gente, buena comida, buena ruta…gracias.

En febrero de 2006, Fabry decidió que sabía más que el médico (aunque eso es normal en él). Ya no le dolía y estaba harto de estar encerrado en casa. Así que decidió que nos íbamos a la próxima salida «pata xunga» incluída.

Imaginaos… casi veinte años sin conducir moto y pasando de una 125 a este «monstruo».

Yo no sé lo que pasaba detrás de su espléndida sonrisa, detrás de la mía… bufff!!!

Qué manera de coger las curvas!!! Los arcos se trasformaban en poligonales!!! Los 325 kilos más los míos se hacían notar… JL reía… yo no tanto.

Bueno, diremos a su favor que nunca nos hemos caído en este año y medio (descontando, por supuesto, las caídas en el parking, en parado… la fuerza de la gravedad y el grado de alcoholismo…) y, que ahora, empieza a manejarse como si fuera en coche (la cual cosa acojona mucho más que su lentitud inicial…). Los que habéis subido al coche con Fabry me entenderéis: los italianos se han ganado la fama de Fitipaldis a pulso y, Fabry es muy, pero que muy, italiano…

Total, que los kilómetros de aquí a Benicàssim (nuestro primer destino) se hicieron eternos y… fríos, sobre todo fríos, ya que como buenos novatos, nuestro grado de preparación se había basado en los térmicos de skí… Aprendí, por fin, lo que eran los sabañones!!!. Aunque tal clase de culturilla general, puede obviarse sin mayor perjuicio.

A finales de septiembre de 2005, recuerdo que una noche fuimos a cenar al Buda Barcelona, (www.budarestaurante.com), Fabry, sus amigos Carlo y Max con su mujer, Tere y, por supuesto, JL con Eliana. La comida impecable, el vino corriendo… y, entre risas, un comentario… de Fabry, como no: «a que no hay huevos a comprarse una Harley?». Tal reto estaba destinado a Jose Luís, el cual, todo hay que decirlo, necesita poco para picarse con algo así…

El lunes, dos días después del día H, el susodicho ya sabía más del tema que el vendedor más experimentado… habiéndose dirigido ya al concesionario para encargar su nueva Road King Classic.

Para complacencia de vista y oido (de los muy entendidos en la materia) la reciente adquisición se paseaba por Castelldefels Playa en noviembre.

La segunda parte de la historia ocurre en enero de 2006 en Andorra.

Fabry, JL y yo, estábamos disfrutando de uno de los mejores inviernos nevados sobre las pistas de esquí del país de los Pirineos (al menos eso decían ellos), (www.grandvalira.com).

Un día bajando de pistas, JL vió el anuncio «En Venta» sobre una Road King aparcada en una de las mejores bordas de Canillo y, emocionado, se llevó a Fabry con él para que la viera. Era 2 de Enero, yo estaba «apalizada» de hacer «cuña» por pistas rojas siguiendo a esos dos cab…. y me quedé, cual trapo, tirada en el sofá «viendo» La Guerra de las Galaxias» (buen somnífero….), (www.starwars.com).

Creo que habían pasado más de tres horas cuando Fa me despertó con una sonrisa de oreja a oreja… La reliquia estaba aparcada justo debajo de mí. JL, en un gesto no sé si puramente desinteresado o puramente egoísta, solventó un pequeño problema logístico haciendo posible el sueño de Fabry: tener una Harley en la cuarentena…

El «bicho» en cuestión me enamoró, estéticamente hablando, ya que a mí, las motos….que decir… Era de un bonito verde botella, todo un clásico para una clásica…, pronto se le olvidó a Fabry la idea de pintarla naranja (gracias a Dios…).

Acabaré la presentación diciendo que, con una desesperación brutal, la moto estuvo más de un mes en la posición en que JL la aparcó, ya que mi «metepatas», la metió muy mal sobre una placa de hielo el día 6 de enero fracturándose la rodilla y ya sabéis….