2009_Mont-Louis y Llívia, 214Km
marzo 8, 2009
Con la promesa de un domingo soleado y tras la última nevada de esta semana, parecía obvio que hoy sería una «bella giornata» de esquí pero, la rodilla de Fabry se resintió el viernes y como resultado, hemos disfrutado del viento en la cara sacando a pasear a Ultra después del frío invierno.
No hemos sido madrugadores pero el trayecto que originalmente se había pensado, nos tenía que llevar tan solo hasta Puigcerdà por La Seu pues, la salida por Pas de la Casa requería el uso de cadenas y que yo sepa, todavía no se ha inventado un equipamiento para motos.
Hacia las 11:30 estábamos en marcha con la típica estampa del que no quiere pasar frío: pantalones térmicos, forro polar bajo la cordura, braga… Si tenéis en cuenta que los termómetros han llegado a marcar 17º y que había gente en manga corta pues imaginad…
Al llegar a La Seu, hemos tomado dirección Puigcerdà. En breve hemos dejado Alàs a nuestra derecha, un pueblecito donde comer bien significa ir al Dolcet.
La carretera que conduce a Puigcerdà combinada con la idoneidad del clima es un placer para los sentidos. El sol a nuestra espalda, el aire todavía fresco de cara y, poco a poco, el paisaje de la Cerdanya que se abre ante nosotros flanqueado por cientos de montañas blancas. El valle empieza a demostrar que la primavera se acerca y que este año, las nieves caídas nos van a dejar un verde intenso.
Yo tengo una debilidad con el paisaje ya sea urbano o rural y pido a Fabry que se pare de tanto en tanto para hacer una foto. Es una lástima que el papel no capte nunca la belleza tal y como nuestros ojos la perciben.
Para no desilusionar, esta vez también las he cazado mirándome atentas… son marrones con un marrón que definiría como suave si el color se percibiera con el tacto; tienen el pelo más largo de lo habitual supongo por las temperaturas que soportan a la intemperie. Las he bautizado como vacas pirenaicas pues sólo las he visto por aquí.
Esta mañana antes de salir, habíamos mirado la guía del Pirineo por si nos mostraba algo interesante cerca y Fabry había comentado no haber estado en Llívia por lo que se había convertido en nuestro objetivo.
Llívia es un pequeño pueblecito con una historia que se remonta a tiempos de los romanos. Enclavado cual isla en territorio francés, pertenece sin embargo, a Cataluña.
No obstante, en la rotonda de salida de Puigcerdà y, demostrando que el Tom-tom atonta los sentidos ya que sin él, una vez te acostumbras, pareces no ser capaz de volver a leer un cartel, en vez de ir a Llivia, hemos ido hacia Bourg-Madame. A partir de ahí, conscientes de que nos alejábamos de nuestro destino, nos hemos dejado llevar por la preciosa carretera nevada hasta Mont-Louis.
Esta pequeña población francesa destaca por su casco antiguo amurallado en medio de un paisaje natural excepcional. La fortificación de Vauban está dentro de la lista del Patrimonio de la Unesco desde 2008 cuando se incluyeron las seis fortificaciones ideadas por el ingeniero real al cual le deben el nombre.
Pasamos el puente de acceso y las dos puertas de las murallas para acceder a unas calles con restos de nieve y hielo. Pasan de la una y el lugar está excesivamente solitario y tranquilo. Hacemos algunas fotos.
Decidimos deshacer el camino para comer en Llívia. El hambre empieza a apretar. Vemos cómo el paisaje blanco vuelve a dejar paso al verde y esta vez sí, al llegar a Puigcerdà, seguimos el cartel que nos ha de llevar a nuestro destino.
Aparcamos a Ultra en el casco viejo, al lado de la Iglesia y el enclave del Castillo y empezamos a caminar buscando un buen sitio donde comer. No hemos tenido que esforzarnos demasiado, el hostal Rusó (www.portalcerdanya.com/hostalruso), a pocos metros de donde estábamos, ha cubierto nuestras expectativas. Comida casera, a buen precio y tranquilos, fuera de la zona de terrazas abarrotadas de barceloneses.
Ya satisfechos, nos hemos dado un paseo por sus calles y a una buena hora, hemos iniciado el camino a casa.
marzo 10, 2009 a las 6:23 PM
Hacia días que no leía vuestro blog, hoy por curiosidad lo he mirado.
Llivia, es una localidad que esta pendiente en la larga lista que he elaborado de cosas hacer.
Lo bueno de leer el blog, está en que me entero de más cosas que por teléfono, ya que con la crisis actual, las conversaciones se han convertido en monosílabos… SI, NO, BIEN, CLARO, OK y CIAO, MUA, BYE.
Os deseo lo mejor.
marzo 10, 2009 a las 7:42 PM
De nuevo por aqui, Ultra sin oxido?? Este año habreis podido esquiar sin problemas eh, crisis?? Jo, hasta de blogs, Fabry ya no escribe-tiene que hacerlo Sonia-JL…….solo fotos, menos mal que Isabel trae buenas noticias, eso si MONOSILABOS.
Fabry tienes que ir a ver a la suegra……
Saludos
Edu
marzo 14, 2009 a las 6:38 PM
Me alegra volver a encontrar alguna cronica de viaje. Desde que vivís en el Principado ya os resulta más facil ir a la República que al Reino; por cierto vais a Saint Tropez? a Km 0? ó tal vez a Jurmala?
Un abrazo
Pepe