2015_Y llegó el momento…
marzo 1, 2015
Era el año 2007, era el momento, el modelo y el color, era el sueño, la ilusión y el entorno… Y llegó el momento, llegó desde Milwaukee vía Girona mi nueva montura, una Ultra Classic Electra Glide.
Con las mismas expectativas que un niño espera sus regalos en Navidad, yo esperé que llegase el furgón que traía mi nueva Harley… Y llegó el momento. Me llamaron, bajé de prisa hasta la aduana y junto con Robi, mi mecánico de aquel entonces, nos encargamos de hacer todos los trámites aduaneros tanto en España, cómo en Andorra para entrarla, llevarla directamente a la ITV para finalmente entregar a «Govern» la documentación necesaria para su matriculación. Después de tener la matrícula y asegurarla por fin ya podía rodar con ella.
Se materializaba así un sueño que tenía desde los veinte años, edad en la que me dije a mi mismo que a los cuarenta tendría una Harley. No fue exactamente así, tardé un par de años más y pasé por una Road King del ’96 de tercera mano con motor Evolution 1340 de carburación, color verde inglés, esa duró poco más de un año y fue el medio necesario para familiarizarme con el mundillo y empezar a conocer a gente pero nunca sentí una sensación especial.
El primer año con Ultra, puedo afirmar que hice casi veinte mil kilómetros, siempre encontraba una excusa para salir con ella. Los años siguientes seguíamos rodando juntos tanto en España cómo en varios países europeos, concentraciones, salidas con el Chapter, vacaciones, ABCs of Touring.
Recuerdo todos y cada uno de aquellos maravillosos viajes, acompañado por aquellas personas que siempre quedarán en mi corazón, Sonia, mi ex pareja que tan pacientemente me ha seguido en estos viajes durante años, Jordi, en paz descanse, con el que siempre he tenido muy buenas vibraciones, José Luís, mi amigo del corazón, que ha sido el impulsor definitivo de que me convirtiera en un propietario de una Harley, todos los del Barcelona Chapter y en particular el «Petit Comité», Nacho y todos los que hemos colaborado en el H-D Mountain Custom Festival, amigos que a pesar de que se han quedado entre montañas siguen estando muy cerca.
Uff, parece cómo si no volviese a ver a nadie, pues no, simplemente pensando en todos estos años, me ha pasado por la cabeza tantos y tantos recuerdos, adelantamientos, cambios de motos, comidas, cenas, birras y alguna copa, concentraciones, tramos aburridos necesarios para luego disfrutar de curvas y pasajes, esperas en gasolineras, rotondas cortadas, gente que nos saludaba al pasar, ruidos de escapes y un largo etc.
Y llegó el momento… de decidir, tras mi vuelta a España si traer conmigo a Ultra volviendo a hacer los mismos trámites pero al revés o, venderla arriba, decisión que me ha costado, y mucho, tomar.
Cuando finalmente tomé la determinación de venderla, llegó el que siempre es básico para un mercado: la ley de la oferta y la demanda. No hace falta que explique que Andorra es el país de los Pirineos, eso decía la campaña de publicidad, bromas a parte, que el país es pequeño y que el mercado también. Teniendo en cuenta las características de mi moto, ideal para viajes largos, el año de matriculación, los kilómetros y un largo etcétera, creí que un precio correcto sería lo justo e interesante para poder dar voces con el fin de venderla. Pero aquí me entró aquella voz interna que me decía: no la vendas a cualquiera, debe de ser una persona que tenga ilusión, que realmente la desee tanto cómo lo hice yo, la otra parte del celebro me decía: pero vamos a ver, si has decidido venderla, que más te da a quien?
Llamé a los amigos del entorno Harley en Andorra, di un precio interesante pero no negociable, yo sabía perfectamente en que condiciones daba a Ultra, perfecta, transmisión hecha, batería nueva, revisión al día, «suelas» ok. Finalmente un amigo de Pedro estaba interesado, desde que recibí la noticia hasta ayer han pasado unos meses, el problema ha sido que Xavi, el nuevo propietario tenía la suya vendida pero un borracho se lo llevó por delante con su Harley y, cómo suele ocurrir en estos casos las compañías de seguros intentan retrasar el máximo posible el pago hasta que tienen que hacerlo.
Y llegó el momento… hace un par de semanas Xavi me envió un WhatsApp que me comunicaba que en un par de semanas vendría a por Ultra. Estaba vendida, es lo que yo había querido pero hasta que realmente llega el momento, uno no lo asimila de verdad.
El pasado jueves preparé toda la documentación, no solamente los «papeles», me refiero a la vida desde su nacimiento hasta hoy, todas y cada una de las facturas de las revisiones que, por supuesto hechas en talleres oficiales. El TomTom Rider, actualizado con la última versión de los mapas de Europa, las maletas, el libro de mantenimiento y los extras.
Hoy Xavi ha venido en coche con su mujer, al bajar al recibirle y, sin conocerle de nada, el abrazo que hemos tenido para mí ha sido suficiente cómo para saber que a pesar de ser en realidad una simple transacción comercial, yo vendo, el compra, me ha dado la sensación de que Ultra estará un muy buenas manos, tengo cierto sexto sentido y donde se me ha manifestado, nunca se ha equivocado y, esta vez, tampoco lo hará.
Después de las explicaciones necesarias para conocer aquellos detalles de esta Harley llegó el momento de despedirnos, una foto para la posteridad y un adiós.
Live to Ride, Ride to Live.
marzo 3, 2015 a las 1:24 PM
Ese color que decidimos conjuntamente, generó mucha crítica inicial hasta que la vieron rodar y, cuando la vieron, todos se enamoraron de la clase elegante que desprendía.
Esa Harley ha sido tu verdadero amor. La veré rodar entre estas montañas pero, ya no será lo mismo.