2016_Grosseto-Carrara, Día 11, 235Km
junio 11, 2016
Hoy simplemente nos desplazamos con Desy directos al hotel de destino, para ello tenemos poco más de 200Km, en su mayoría en vía rápidas exceptuando el último tramo.
Salimos con temperatura agradable, sol y por supuesto nubes, que no falten por favor!!!
Del trayecto poca cosa que contar exceptuando un pequeño accidente cerca de Pisa donde encontramos aproximadamente 1Km de retención por culpa de una caída de paja en la carretera, curioso ver dos mujeres agentes de policía desviando el tráfico, en una mano una bandera roja y por la otra un smartphone.
El último tramo es bastante lío, redondas, semáforos, peatones y con mucho tráfico. Garvin no tiene la dirección del hotel, tampoco tiene el nombre en PDI, así que acordándome de la ubicación que vi al momento de efectuar la reserva, me dirijo hacia aquella dirección y lo acierto, porqué en una avenida ancha, de repente veo el cartel que lo indica.
La calle para seguir, en la línea general, está llenas de baches, en esta caso también coches aparcados y en subida. Cuando se acaban las casas se convierte en una carretera de montaña pero de la misma anchura, es decir, muy estrecha. Subimos hasta que las curvas son de las que con Desy no puedo hacer sin ir al lado de la dirección contraria, hago unas tres y al ver que nos encontramos ahora en plena montaña pienso que nos hemos equivocado, paro y decido dar la vuelta no sin dificultades.
Abajo, vuelvo a parar y recuerdo que tengo la App del Tom, la pongo en marcha, aquí si que está el hotel, desgraciadamente me dice que otra vez arriba, ya estoy empapado y cansado pero doy otra vez la vuelta y vuelta a empezar, viva la redundancia.
Arriba, arriba y más arriba, desde luego las fotos que vi en Booking cuando reservé el hotel daban la impresión que la altura no era tal y cómo es, las apariencias a veces engañan.
Mon tiene en la mano el iPhone con el Tom abierto, yo a duras penas aguanto a Desy mientras sigo subiendo, de repente oigo justo en una curva cerrada: Es aquí así que me clavo en la misma curva. Falsa alarma, hay que seguir.
Un poco más arriba Mon me dice que me he pasado unos 50m, me cabreo, ella baja y me dice: no voy a volver a viajar contigo. Doy la vuelta, vuelve a subir por una cuesta aún más estrecha y más empinada. Menos mal que arriba es casi plano y lo bastante ancho cómo para maniobrar y aparcar.
Check-in, todo bien.
Me pongo en contacto con la agencia previamente contactada para el tour y quedo con ellos para que nos recojan sobre las 15:00h. Nosotros nos ponemos cómodos, bajamos y en el restaurante del hotel, nos comemos un plato de pasta, la salsa ofrecida por la dueña es a base de hierbas y ortigas, especialidad de la casa. Ha resultado ser muy buena salsa. Mon sigue cabreada, quizás me haya pasado un poco pero a veces en determinadas situaciones uno necesita un poco más de ayuda…
El tiempo de limpiarnos los dientes y ya es la hora, bajamos y la chófer nos recoge.
La verdad es que Carrara no es una parada para hacer ninguna visita cultural, se trata de conocer desde cerca cómo funciona el tema del mármol, por eso hemos venido.
En menos de media hora llegamos a lo que era la antigua estación de trenes que servía para el transporte del mármol desde la cantera hasta el pueblo, convertido ahora en un bar y oficina de Carrara Marble Tour (http://www.carraramarbletour.it).
Allí nos dicen que el tour empieza en unos 15min así que mientras tanto podemos visitar el museo del mármol y la tienda de souvenir, pues vale.Interesante ver cómo cortaban antiguamente los bloques a mano, cómo los transportaban y de que herramientas disponían.
Regresamos a la oficina, allí nos equipamos con chalecos y cascos pero tendremos que esperar un poco más a un grupo que se ha perdido y en lugar de venir directamente aquí, se han desviado a Colonnata, el pueblo de al lado, famoso por el “lardo” un equivalente a la cansalada.
Finalmente llega el grupo que ha resultado ser de chicas, una despedida de soltera, toma ya!!!
Subimos a dos Land Rover, nosotros junto al guía y ellas junto al chófer, eso por llegar tarde.
Efectuamos una primera parada a medio camino justo en una curva para escuchar las primeras explicaciones y para la foto panorámica de rigor.
Yo no me había documentado con anterioridad así que toda la información que empezamos a recibir es para mí completamente una novedad. Resulta que se empezó a extraer el mármol casi unos doscientos años antes de Cristo pero se han encontrado pequeñas piezas de la época etrusca. Quien realmente empezó a explotarlo fueron los romanos que lo necesitaban tanto para edificar cómo para las esculturas.
Luego al acabarse el imperio romano hubo una época en la cual nadie quería trabajar así que se dejó de extraerlo hasta que, en la época del Renacimiento, hubo otra vez la necesidad de tener el preciado material por los mismos motivos de los romanos. La historia se repite.
Así se ha seguido durante los diferentes siglos pero no es hasta mediados del siglo pasado cuando realmente se empieza a explotar el jacimiento y comercializar el material a nivel mundial utilizando cada vez más, técnicas modernas. Por ejemplo para que tengamos una idea aproximada de lo que es el negocio, el precio del mármol se ha triplicado en los últimos diez años.
La pregunta de rigor ahora es: ¿Cuanto mármol queda para sacar?
La respuesta es: la verdad es que una cosa es lo que hay y otra completamente distinta es lo que el estado, propietario de la montaña, dejará sacar.
Claro, estámos hablando de que en la actualidad existen 189 canteras, todas ellas explotadas por trece empresas privadas, si la cosa sigue cómo ahora, habría mármol para unos cinco siglos teniendo en cuenta además que en teoría hay marmol hasta unos tres quilómetros por debajo del agua y aquí estámos en la montaña.
Foto y volvemos a los 4×4, para arriba que vamos, hoy es sábado y nadie está trabajando, no obstante nos dicen que las visitas las hacen también mientras están los obreros, simplemente mantienen la distancia de seguridad.
Llegamos ahora en la parte superior de la montaña y efectuamos nuestra segunda parada.
La charla ahora se centra en cual es la técnica para sacar el mármol de la montaña y cómo se hacen los bloques. La técnica es bastante sencilla, se empieza a cortar una base de un bloque, luego se perfora un lado y se pasa un cable con diamantes, lo mismo en el otro lado y finalmente se corta la otra parte y se separa el bloque haciéndolo caer sobre una montañita de piedras previamente puestas para que el bloque no se rompa.
Este proceso, para un bloque de aproximadamente entre nueve y doce metros de ancho y tres de alto, dura una semana. Osea que se tarda mucho tiempo para esta extracción.
Estoy alucinando con todo este proceso, yo me pensaba que el método era mucho más moderno con máquinas que lo hacían todo, en el fondo me parece muy bien que el conjunto general de todo este entramado sea más bien lento que industrial.
Otro dato también a tener en cuenta es que cada camión que transporta los bloques pasa por el control de gálibo que funciona de la siguiente manera: se pesa, se dice de que cantera llega así se van sumandos toneladas y canteras y a final de mes las compañías explotadoras pagan al estado lo que le pertenece. Más tarde me entero que también el ayuntamiento, cómo no,se lleva una pequeña parte.
Se acaba la visita, la recomiendo, algo realmente único, en más de una vez en la vida uno escucha que esto u lo otro ha sido construido o realizado con mármol de Carrara pero hasta que uno no lo ve en situ no se haces la idea de cómo es en realidad el suministro para que aquello se haya podido hacer.
Una vez de nuevo en la oficina, nos indican que a unos treinta metros podemos ver cómo las nuevas tecnologías utilizando robots pueden “fabricar” estatuas, allí que vamos y vemos un pequeño David y a un ángel cuyo destino es Roma.
De regreso nos invitan, según el programa, a merendar el “lardo de Colonnata” muy rico, pagamos el paquete y nos vamos ahora al centro con el minibus, allí nos dejan unos cuarenta minutos donde vemos el Duomo y el Castillo sede de la universidad, poca cosa para un pueblo tan famoso por el preciado producto.
Además la mayoría de los edificios están en pésimas condiciones y todo se ve muy dejado, regresamos al hotel donde lógicamente nos quedamos a cenar.
Mañana finalmente toca la capital, allí hay mucho que ver así qué nos quedaremos varios días.