Día 4, Lagunas
noviembre 8, 2017
En lugar de despertarnos a las 6:00h lo hemos hecho a las 5:25h y sin alarma, me levanto primero y me meto en la ducha, el agua caliente tarda en llegar más de 10min pero voy a ser positivo, ha llegado.
Una vez vestidos, salimos de la habitación, cruzamos el patio y entramos en la cocina, allí están nuestros desayunos preparados para llevarnos, la pena es que no puedo comer practicamente nada, menos mal que tengo una banana y Mon prepara el café.
Se me olvidaba decir que en el patio hay una pereja que creo son de la india sentados en una mesa esperando, supongo, a que les pasen a buscar. Bueno mientras tomamos café, el chico entra y nos pregunta donde está el teléfono, le miro y le suelto: I don’t know, que traducido sería: chico no me toques los hue… que estoy dormido y a esta hora de la mañana no estoy pa tonterias. Se va de nuevo fuera. Al rato vuelve a entrar, ni le miro, toca a una puerta que supongo es para entrar en la parte privada del B&B y al ver que nadie abre, sale, coje a su chica y desaparece.
Sobre las 7:00h nos recogen, somos los últimos del grupo, el minibus es pequeño y bastante viejo, salimos del pueblo y por carreteras muy mal asfaltadas, nuestra primera parada la efectuamos en Toconao donde nos enseñan un campanar español medio destrozado, detrás hay una iglesia cerrada, el guia empieza con las explicaciones mientras el sol empieza a calientar algo el ambiente, seguimos.
Paramos en el siguiente pueblo: Socaire, nos explican que aquí es muy común la agricultura, su manera es la de hacer terrazas, andenes en la lengua de aquí, para cultivar papas, maíz, y otra variedad de maíz dulce cuyo nombre no recuerdo.
Lo más importante es que el nombre de la cadena montañosa más importantes de América del Sur, Los Andes, precisamente tiene ese nombre por esta forma de cultivar o por lo menos es lo que nos han dicho, aquí lo dejo para quien quiera investigar.
Ahora vamos por un camino de tierra hasta llegar a la primera parada importante del día: la Laguna de Chaxa, Reserva Nacional «Los Flamencos» ubicado en el sector Soncor del Salar de Atacama. Parada y explicación del guía, lástima que lo hace en la sombra y la temperatura todavía es baja, en el sol muy bien pero allí mismo no.
No muy lejos podemos ver muchos flamencos, allí están tan tranquilos, no tienen miedo de las personas, el contraste de los colores del cielo, del agua, de la sal y sobre todo de ellos reflejados en el agua es impresionante, digno de una cámara con teleobjetivo, yo me limito a utilizar el zoom del iPhone, la GoPro se ha quedado sin batería…
Pasamos allí apróximadamente una media hora hasta que el guía nos invita a volver a la furgo donde nos espera un desayuno incluido en el tour.
Antes paso por el lavabo y veo un cartel encima de la pica que pone: no beber de la llave, agua no potable. La llave es el grifo, sonrío.
De nuevo en marcha, dejamos el Salar para desviarnos en el siguiente cruce, dejamos atrás la altitud de 2.300m para subir hasta los 3.500m en dirección de Los Andes. Si antes todo estaba seco y de color tierra, ahora empezamos a ver vegetación baja, el color es ahora un amarillo verdoso, de vez en cuando podemos observar vicuñas pastando, un mamifero muy común en esta zona. Las partes superiores de los picos conservan todavía nieve, allí la altitud es de aproximadamente unos 5.000m, tiene su lógica.
Ahora la carretera se hace aún más discontinua con muchas curvas, sube cada vez más y de repente entramos en la Reserva Nacional Los Flamencos. Mon necesita ir urgentemente al lavabo, no aguanta más, se lo comunica al guía que la tranquiliza diciéndole que faltan tan solo cinco minutos.
Pasado el pico de la entrada, el espectáculo delante nuestro es impresionante allí están, a nuestra derecha la Laguna Miñiques y a su izquierda la Laguna Miscanti. Un azúl fuerte que contrasta por completo el amarillo verdoso de su alrededor. Bajamos hasta la zona de aparcamiento.
Siendo reserva no puede uno ir por donde quiere, hay que seguir el circuito marcado pero es un regalo para los ojos, lástima que una foto no puede resumir lo que en realidad uno percibe, espacio, paz, profundidad, sosiego, no sabría que más decir, también porqué son las 0:22h y llevo demasiadas horas despierto así qué de momento lo dejo aquí y mañana voy a seguir escribiendo el día de hoy.
Sigue…
Bueno, ahora son las 7:15h y estamos duchados, vestidos y listos para el desayuno, a la vuelta sigo con el relato de ayer.
Paseamos y disfrutamos del paisaje hasta regresar al bus que nos devuelve a San Pedro de Atacama, fin del tour, ha sido genial.
Comemos justo en el restaurante recomendado al lado de la agencia, todo perfecto.
Sobre las 16:00h salimos a la siguiente excursión, la Laguna Cejar, lugar relativamente cercano donde podremos disfrutar de un baño en ella, allí que vamos y llegamos en unos veinte minutos. El sol ahora pega cantidad pero está prohibido utilizar cremas o protectores solares.
Ya que vamos preparados llevamos el traje de baño debajo, solamente nos quitamos los calcetines las bambas y nos ponemos las havaianas, primero damos una vuelta en la laguna ubicada a la izquierda y luego nos metemos dentro del agua.
La sensación de flotar por el alto porcentaje de sal ya la había vivido en el Mar Muerto en Jordania pero sigue siendo algo bastante divertido, es como si uno llevara un flotador. A pesar de que la temperatura del ambiente es elevada y que el sol pega fuerte, el agua está bastante fría, esto es debido a que las lagunas están alimentadas por aguas subterraneas y precisamente por eso hay esta diferencia. Al rato salimos, ducha de agua dulce y nos volvemos a vestir.
Una vez que nos hemos reagrupado, seguimos con el bus por carreteras de tierra, siguiente parada en un lugar perdido en medio de la nada donde hay dos piscinas naturales completamente circulares, nos explican que eso es debido a otro tipo de corrosión. Allí mismo hay una novia con su traje blanco, su futuro marido le saca fotos. Algunos vuelven a bañarse.
Nos vamos ahora a nuestra última parada de hoy donde recorrimos durante unos cuarenta minutos un camino que bordea otra laguna, al final nos esperan dos cosas, la primera una recompensa, si así se puede llamar, un aperitivo completo con Pisco Sour y la segunda es ver la puesta de sol y apreciar el cambio de colores que afecta a toda la zona.
Después de tres copas, el sol mengua, la cordillera cambia a tonos rojizos, un espectáculo digno de ser visto, una pasada, verlo para vivirlo es mi recomendación, muchas fotos y de vuelta a San Pedro de Atacama, jornada completa.
Nos dejan de nuevo cerca de la calle Caracoles, que es el eje central del pueblo, hoy entramos en otro restaurante recomendado, el Adobe, más Pisco Sour, cerveza, comida y a dormir, mañana más.
noviembre 12, 2017 a las 6:24 PM
Que regalo para los sentidos, no?
Envidia de la buena, es lo que e tengo-
Eso del «piscochouer», aprende a hacerlo y me preparas uno cuando vuelvas.
Un abrazote, cuida a Mon.