2017_Tour A: Travesía legendaria, Día 9
noviembre 13, 2017
Puntual cómo un reloj suizo, Sofía, la guía chilena para hoy y mañana nos recoge en la cabaña a las 9:15h. En los veinte minutos siguiente pasamos a buscar a una pareja de amigas filipinas residentes en NY y a una pareja de amigos residentes en UK, una vez todos arriba, Sofia pregunta si nos va bien hacer el tour en inglés, le digo que vale pero también en español, no hay problema… solo faltaría.
Primera parada: Anakena, en la parte norte de la isla. Se trata de un lugar precioso con palmeras, a medida que bajamos hacia la playa el manto verde se transforma en arena. Este ha sido la cuna de la cultura Rapanui, lugar donde desembarcó, procedente de la Polinesia, por primera vez a la isla, el ariki (rey) Hotu Matu’a, fundador del pueblo Rapa Nui, aproximadamente el año 1200 de la Era Común.
Una vez en la playa nos paramos delante de una plataforma de piedras, su nombre es ahu, encima hay siete moai, cinco de ellos enteros y dos sin las cabezas. Es nuestro primer contactos con los “cabezones” llamados así por Mon.
Nuestra segunda parada la hacemos en Puna Pau, centro volcánico donde se tallaron los pukao, los sombreros de los moai de color rojo. Precisamente por el tipo de piedra volcánica, porosa, era mucho más fácil ponerlos encima de las caras de los moai por su menor peso, otra razón de haber escogido este material es porqué se asemejaba al color del cabellos de algunos reyes seguramente teñidos o finalmente turbantes de tela vegetal.
Lo más interesante es que desde aquí hasta su destino final más remoto habían hasta 12Km y se transportaban a mano, seguramente haciéndolos rodar aun qué no está comprobado. Una vez llegados a su destino faltaba aún la instalación final, las teorías son dos, la primera es que se ponían una cantidad importantes de piedras hasta ponerlos encima de la cabeza del moai de pie y la segunda es que se levantaban conjuntamente con el moai tumbado haciendo leva.
Sea cual sea la verdad o ambas, era un trabajo increíblemente difícil. Seguimos.
Paramos ahora en Ahu Akivi, centro espiritual donde podemos observar que los moai están mirando al mar mientras el resto mira hacia el interior de la isla. Aquí su alineación coincide con el calendario solar.
Última parada antes del almuerzo, lo hacemos exactamente en el mismo lugar de ayer Ana te Pahu, una de las cavernas más espaciosas de la isla y parte del extenso complejo subterráneo ya visitados ayer pero con las explicaciones muy completas de Sofia que disfruta con su trabajo.
Volvemos a ponernos en marcha y lo hacemos en una zona ubicada en Hanga Roa, Tahai, se trata de un complejo ceremonial que resume un poco todo lo que significan los moai y su cultura, por ejemplo aquí se puede observar un moai con ojos blancos tal y cómo tenía al momento de ser levantado, para conseguir este efecto se ponían conchas.
Podemos observar también un pequeño puerto por donde entraban y salían las canoas.
Pasamos ahora por la calle equivalente a un nuestro paseo marítimo con la peculiaridad de que, si bien es cierto que las calles principales están asfaltadas, las aceras brillan por su discontinuidad, con este sistema uno se encuentra caminando encima de ellas o de repente en la misma calle, si a eso le añadimos que los postes de la luz están muy distanciados entre sí, peligra nuestra seguridad, menos mal que dentro de las zonas urbanas el límite de velocidad es de 30Km/h.
Última parada del día, el volcán Rano Kano, naturalmente no activo, subimos y aparcamos. Aquí arriba el viento es bastante molesto pero hay que seguir. Las explicaciones de Sofia se centran ahora en Orongo, una aldea cerimonial completamente restaurada muy importante ya que precisamente aquí es donde empieza el cambio de la cultura moai dejando atrás sus manifestaciones que dominaban el paisaje insular a un nuevo tipo de credo directamente vinculado a la fertilidad, la primavera y la llegada de aves marinas migratorias. Desde este punto elevado, se podían ver en los tres islotes cercanos a la isla dichas aves. La tendencia pasa a ser la del hombre-pajaro.
El cráter del volcán es impresionante, 1,5Km de ancho, había concertado un tour privado para verlo desde dentro pero justamente hace tan solo un mes se ha prohibido bajar a cualquier turista, es una pena pero respeto la decisión de preservar un lugar tan espectacular que hoy en día es el principal ambiente para la conservación de la flora nativa.
El tour se acaba, cada uno a su hotel o cabaña, hasta mañana. Nosotros tras un descanso, salimos para ver la puesta de sol y a cenar.
noviembre 16, 2017 a las 6:21 PM
Coño, vas a llegar agotado.
Te felicito por la calidad del relato, y te odio por no estar yo ahí.
Viajazooooooooo !!!!!!!
çDiviertete (ya lo haces) y cuida de Mon