2017_Lago de Todos los Santos, Día 18
noviembre 22, 2017
Hoy es el último día por aquí, lo aprovechamos a tope con una excursión al Lago de Todos los Santo llamado también el Lago Esmeralda por su particular color derivado directamente de los minerales que provienen de las montañas volcánicas de su alrededor.Cuando me pongo a leer el WhatsApp de Christina a las 9:13h el cual decía que había que estar en Petrohué a las 10:00h pensé: ya empezamos a correr a primera hora de la mañana. Pues nada, el desayuno ya estaba preparado, la distancia no era mucha, así qué la mejor frase sería: sin prisa pero sin pausa.
Cogemos la carretera a una velocidad rápida, adelanto a un coche conducido por la típica persona que va a una velocidad y cuando intentas adelantarle, se pone a correr, lo dejo atrás, adelanto dos coches más y éste detrás. De repente la carretera asfaltada se convierte en un camino de piedras volcánicas por lo consiguiente levanto bastante polvo, el amigo sigue detrás tragándoselo todo, llegamos, aparcamos.
Sacamos los tickets incluido una excursión en destino. Falta poco para que el catamaran salga y, de repente llegan un par de autocares bastante llenos de gente, embarcamos, el resto un poco más tarde, nos esperan un par de horas de navegación.
Hoy es un miércoles cualquiera de noviembre, no es temporada alta, sin embargo hay turistas provenientes de todas partes, ingleses, australianos, brasileños, italianos, franceses y por su puesto chilenos incluido el del coche que por cierto me dice Mon que lo ha oído hablar y es o ha sido militar, pues vale.
Las explicaciones de los guías son en español, portugués e inglés. El día es fantástico, el cielo completamente despejado, la superficie del lago está completamente plana, no hay ningún indicio que sea agua, algo peculiar y bonito ya que árboles, montañas y por supuesto los picos nevados de los volcanes crean en ella su reflejo, espectacular, una imagen muy parecida a los fiordos noruegos.
Cuando una persona sale a cubierta rompe la caja de pandora y desde este preciso instante es una entrada y salida constante, parecen hormigas que se mueven con smartphone, cámaras fotográficas, tablets. Lo más curioso es cómo la gran mayoría sale a cubierta y en lugar de seguir para encontrar un sitio para hacer su foto, se quedan justo al salir taponando asimismo la entrada o la salida según cómo se mire, nosotros estamos sentados dentro justo delante de la puerta y nos morimos de risas.
Seguimos la navegación, nos encontramos en el PN Vicente Perez Rosales (http://www.conaf.cl/parques/parque-nacional-vicente-perez-rosales/) el más antiguo del país, sin embargo cerca del lago hay varias casas habitadas, nos explican que se tratan de descendentes de colonos que ya estaban viviendo allí antes de declararse parque Nacional y les han permitido seguir viviendo allí respetando el entorno, no les he permitido abrir caminos así que la única opción que tienen para moverse es en barco, no tienen ningún tipo de servicios, la luz la generan ellos mismos pero tienen la suerte de vivir en un lugar privilegiado.
Casi a media navegación encontramos una isla bastante grande y nos cuentan que es privada, la persona que la compró fue precisamente el dueño de la naviera de este mismo catamaran, al morirse se le enterró aquí y pasó a su hijo. El capitán al pasar por aquí toca la bocina tres veces.
Seguimos la navegación y nos enteramos que los integrantes de los dos grupos que han venido en autocar forman parte de un tour que se llama Cruce Andino de la agencia Turis Tour (https://www.turistour.cl/turistour/ES/cruceandino/cruce-andino), salida en autocar desde Puerto Montt con parada en Puerto Varas, Petrohué, navegación por tres lagos y finalmente llegada a san Carlos de Bariloche en Argentina, uff me mareo, doce horas de desplazamiento.
Nosotros al llegar a tierra en Peulla, tenemos dos horas libres para pasear y comer, luego una excursión en 4×4 y finalmente regreso en catamaran al punto de salida.
El primer paseo lo hacemos desde el muelle hasta el hotel, tan solo 1Km, donde nos sentamos a comer, bien. No nos da tiempo para nada más y llega el bus 4×4 para iniciar la excursión, un trasto tuneado con madera en su parte exterior, cuando arranca hace mucho ruido pero sube por el camino bien, Santiago, el guía, nos va explicando cosas del lugar, pasado un pequeño bosque bajamos a un rio que cruzamos sin más en tres puntos entre piedras y agua, esto sí es divertido.
Paramos ahora para cambiar el trasto por una embarcación pequeña y navegar contracorriente el Rio Negro durante un trayecto hasta que paramos justo en el medio donde la vegetación sale del agua, también paramos motores y Santiago nos invita a estar cayados un rato y “vivir” la sensación de paz en un entorno de naturaleza en estado puro. Así es, excepcional, que pasada, solamente se oye el viento, el agua y algún pájaro, relax total, parece que se haya parado el mundo, el tiempo.
Regresamos, otra parada en medio del rio para sacar unas fotos y luego en una granja donde hay varios animales, un paseo ameno, un lama curioso se nos acerca, fotos y seguimos. Llegamos de nuevo al hotel, cambio de bus y fin de la excursión, ha valido la pena. Catamaran de regreso a Petrohué y desde allí pick-up para casa.
Hoy salimos a cenar a Puerto Varas a un restaurante recomendado por Christina, no ha resultado ser de nuestro agrado pero que le vamos a hacer, regresamos y a dormir, mañana hay que levantarse pronto para llegar a una hora prudente al aeropuerto donde el octavo avión de estas vacaciones nos llevará de nuevo a la capital.
noviembre 24, 2017 a las 7:37 PM
Niño, me he agotado, que manera de moverse, tu sabes que las vacaciones son para descansar?.
El paisaje precioso y la foto del monte nevado una pasada.
Y deja de picarte conduciendo, melón.
Un besazo, cuida de Mon
diciembre 28, 2017 a las 6:50 PM
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