2022_Ibiza, Día 2, 47Km
agosto 11, 2022
Hemos dormido relativamente bien, hace calor pero es soportable, el apartamento está ubicado en una zona apartada del follón pero cerca de la carretera principal así que la posición es muy buena.
Nos levantamos sobre las 9:00h y nos metemos un buen desayuno a base de zumos, fruta, pan Bimbo con fuet y miel de primavera de Ibiza, exquisita.
Al ver las llaves del Suzuki aprovecho para bajar al parking con la idea de sacar la moto pero, al igual que ayer, la puerta sigue cerrada y en el manojo no está esa llave, vuelvo a subir.
Para despejarme voy a tirar la basura, al volver se lo comento a Mon la cual me dice que ayer cuando bajamos con Ramón al parking no recuerda de que se abriera una puerta con llave… vuelvo a intentarlo.
Una vez abajo y al comprobar una vez más que la puerta permanece cerrada empiezo a estar un poco molesto, de repente baja por la escalera un chico con pinta de anglosajón el cual me dice “Good morning” sigue por el pasillo y de repente oigo el ruido de una puerta que se cierra de forma automática, voy a ver y efectivamente esa es la puerta de acceso al parking, yo estaba delante de una puerta seguramente de un trastero. No hay “guiri” que por bien no venga…
Cargamos la moto, Google Maps y empezamos el descubrimiento de las calas de la isla, esta mañana toca “Punta Galera”.
Tengo que precisar que en el año 1992 yo estuve aquí una semana pero claro en aquel entonces vine de marcha y de día solamente visité “Las Salinas”. El caso de Mon es diferente, ella ha venido en un par de ocasiones, ha visto muchísimo más que yo pero le apetece repetir y, por supuesto, también ver lugares nuevos.
En esta primera parada, Punta Galera, Mon repite encantada, una vez allí ocupamos un hueco en las rocas, todo este tramo es un acantilado accesible dónde la profundidad es elevada. Nos ponemos las máscaras de snorkel y al agua que vamos.
Una vez dentro es un espectáculo para los ojos, centenares de peces, agua tan cristalina que deja ver a mucha profundidad, el acantilado que entra en el mar con sus formas variantes, chulísimo.
Combinamos baños con descansos al sol, Mon se va de observadora de caracolas y cangrejos, la gente va viniendo poco a poco, antes del mediodía nos vamos, regresamos a casa para comer con Ramón y pasar un rato con él.
De nuevo a la carretera, nuestro siguiente destino es “Cala D’Hort” ubicada en el extremo sur-oeste de la isla a una media hora de casa. Para llegar lo hacemos por una carretera marcada en amarillo muy divertida para conducir una moto, Mon no comparte mi visión.
Al llegar vemos que el parking está repleto de coches, nos acercamos hasta prácticamente la playa y encontramos un hueco a la sombra. Hay muchísima gente pero nos colocamos, hay barcos de distintos tamaños, “guiris” por doquier, en frente las islas de “Es Vedra” y “Es Vedranell” deshabitadas.
Esta tarde Ramón me ha dicho que le han contado una breve historia de “Es Vedra” que pertenece a varias familias de Ibiza, en ella, dejaban unas cuantas cabras libres, la única obligación era la de llevarle agua una vez al mes por turnos, la tradición era que cuando un miembro de la familia se casaba, iban a la isla y mataban una de ella. Tradición que, por lo visto, ha dejado de existir, por esta razón no hace mucho tiempo el Gobierno de Baleares tuvo que intervenir y lo único que se le ocurrió para reducir el número de ejemplares fue matarlas a tiros desde barcos, en fin…
Aquí el agua está sucia, nos quedamos en la arena un par de horas hasta que recogemos y regresamos. Compra en un super, a casa, ducha, cena, mientras yo escribo esto, Mon busca calas nuevas para ver en los próximos días. Mañana más.

septiembre 14, 2022 a las 7:09 PM
desde que la descubrí, Punta Galera es una de mis favoritas, digo una, porque este año he sumado un par más y Cala d’Hort a perdido posiciones, sobretodo el no poder disfrutar de la vista de Es Vedrà por los barcos, me molestó y mucho, creo que estaba irritable y quejosa, vamos que no me traje un buen recuerdo, lo siento.