2011_Valle de Vézère, Día 3, 181Km

septiembre 10, 2011

Esta mañana, según lo programado, hemos desayunado y acto seguido nos hemos dirigido al mercado donde hemos comprado en primer lugar unos plátanos y posteriormente unas latas de foie-gras, siendo producto local salen mucho más baratas que en cualquier otro sitio y hay que aprovecharlo.

Una vez fuera de Serlat, la primera parada ha sido Eyziers. Para no cambiar la costumbre, se trata de un bonito pueblo con montaña rocosa incluida, Damos una vuelta por el paseo que hay debajo de ella, al aire libre.

La siguiente parada ha sido para visitar una enorme gruta, La sorpresa ha sido que los sábados permanece cerrada. La pregunta es: ¿Qué pretenden, que la gente no trabaje y vaya a verla entre semana?

Seguimos. Las carreteras nos hacen pasar una y otra vez sobre el río Vézère ya que el curso de éste río forma constantemente unas “U”. Paramos a visitar La Madeleine. Se trata de un enclave ubicado sobre el río entre unas rocas donde empezó a vivir gente ya en la pre-historia, sucesivamente fue poblado por trogloditas hasta llegar a le edad media y el enclave ha ido evolucionando hasta llegar a tener un castillo en la parte
superior de la roca. En la actualidad está casi totalmente derrumbado. Interesante visita.

A unos escasos kilómetros visitamos el castillo más grande que existe enclavado en una roca y muy pero que muy bien conservado. El recorrido recomendado de la  visita nos permite ver todo el castillo empezando como de costumbre por la planta baja ocupada por la entrada, la cocina, el lugar donde guardaban los animales, en la  primera planta vemos el salón y las habitaciones. Una interesante chimenea con
salida natural al exterior es lo más destacado. Seguimos subiendo hasta llegar a las plantas superiores donde hay terrazas naturales todas ellas con parte cubierta por la roca de forma natural. Nunca había visto algo así. Finalmente en la cueva superior podemos observar en distintos dibujos como fue el enclave con el pasar de los siglos.

Al bajar, Sonia casi se marea, son las 13:45h y aquí estamos acostumbrados a comer sobre las 12:30-13h. Otra vez en el coche a unos escasos kilómetros paramos en un bar con terraza incluida justo al lado de un charco con patos incluidos. Una ensalada completa para ella y un bocata para mí. A unos escasos 300m llegamos a nuestra siguiente visita: La Roque Saint-Cristophe (www.roque-st-christophe.com).

Declarado patrimonio de la UNESCO, este increíble acantilado con más de 1Km de extensión comprende cinco terrazas excavadas desde su origen por la erosión de las aguas del río hace ya 60 millones de años y sobre todo por la acción del hielo sobre la cal durante los períodos glaciales. El hombre empezó a vivir en este lugar 50.000 años A.C. y no lo ha dejado durante las distintas épocas: Edad de Bronce, De Hierro, Galorromana, Media hasta el Renacimiento.

Una foto panorámica con reconstrucción virtual nos dan la perfecta idea de cómo ha sido el lugar en aquel entonces. La verdad es que después de ver primero La Madeleine y después esto me hace pensar que este tipo de visitas culturales merecen de verdad la pena y se aprende más del género humano aquí que en una escuela.

De nuevo en marcha hasta llegar a la siguiente visita, un castillo con su bonito jardín pero en este caso también cierra los sábados. Menos mal que aquí sobran los castillos así que ni cortos ni perezosos introducimos a Tom un nuevo destino y voillá, llegamos a otro.

Ubicado un poco más al norte sobre el recorrido previsto de hoy el castillo de Hautefort (www.chateau-hautefort.com) está ubicado en un promontorio dominando el valle por completo, de un estilo clásico tiene también algo del estilo medieval. Sorprenden sus grandes dimensiones, su patio me recuerda mucho el estilo de Versalles. Sus jardines son una delicia para la vista probablemente conservan los dibujos perfectos de la época con sus motivos geométricos. Una visita a su planta inferior, baja y primera nos da una perfecta idea de lo que puede haber sido la vida allí en su época dorada.

Llegamos a Sarlat justo a tiempo para una duchita rápida y prepararnos para salir a cenar, hoy tenemos reserva en un restaurante recomendado ubicado como no en un castillo en Saint Geniès. Bueno el lugar encantador, la cena perfecta, el precio razonable, que más se puede pedir, un día redondo. A destacar que no hay carta de vinos, te bajan a la bodega y tú mismo escoges la botella y te la subes a la mesa, genial.

Como de costumbre son las 00:08h Sonia duerme mientras yo acabo el escrito. Mañana regresamos a casa.

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