2013_Wadi Rum-Mar Muerto, Día 6
febrero 15, 2013
Hoy hemos vuelto a quedar con Jafar a las 8:00h para salir, llegábamos a la zona del desayuno con 5min de anticipo sobre la hora prevista de apertura y claro había la mitad de las cosas preparadas. Nos hemos sentado y una vez recibido el visto bueno del encargado hemos desayunado pero no había fruta, tampoco embutidos, ni yogures, bueno una tortilla y un par de tarrinas de mermelada de naranjas con café soluble, que asco… lo único bueno el pan hecho al momento.
Dejamos el campamento y nos dirigimos al sur, nuestro destino Aqaba, ubicada a orillas del Mar Rojo. Esta es una zona franca y desde aquí llegan todas las mercancías para su importación y sale básicamente el fosforo y el potasio, recursos naturales de Jordania.
Sorprendente ver que existe una aduana dentro del propio país, me recuerda un poco el control de la Guardia Civil cuando se sale de Andorra. Una vez entrados en la ciudad podemos ver que la mayoría de los edificios son de nueva construcción, las avenidas anchas, adornadas con árboles e iluminadas más que en Amman.
Aparcamos cerca de la que ellos consideran playa, un estrecho tramo formado por piedras pequeñas, esto no deja de ser el mismo panorama que el resto del país pero con el mar al lado. Nos sentamos a tomar un té. Cerca nuestro ondea la bandera de la gran revuelta árabe en un mástil de 132m. No hay tienda de suvenires, creo que en este viaje no voy a conseguir ni pin ni parche, grrr. Jafar nos dice si queremos dar una vuelta en un barco pero de esto ya sabemos algo así que decidimos volver al coche y tirar que el camino es largo.
Cogemos la carretera que bordea la frontera entre Jordania e Israel y subimos en dirección norte, a nuestro lado solamente desierto y rocas, a nuestra derecha, pero a lo lejos unas montañas rocosas y a nuestra izquierda de vez en cuando alguna edificación militar con un soldado de guardia cuya función es vigilar el lado israelí.
Esta carretera fue construida por los chinos y me pregunto: ¿Qué tienen que ver los chinos con Jordania? Jafar es un buen tío pero a veces se pierde con las explicaciones, otra se pierde con el idioma y otras tantas simplemente te contesta otra cosa.
Parada técnica a medio camino, cappuccino para Mon y chocolate para mí, Nestlé de máquina a 4.000 JOD, un robo.
Siguiente parada a recoger algo de arena del desierto.
Dejamos atrás la zona desértica y poco a poco vemos cómo la vegetación empieza a aparecer, entramos en el valle de Jordania que está dividido en tres zonas: sur, centro y norte llegando asimismo a tocar la frontera con Israel en su parte ocupada que vimos el segundo día.
A los lados de la carretera los campesinos venden tomates y otra hortaliza.
Finalmente llegamos al Mar Muerto que en realidad se ha transformado en un gran lago salado. Según la información de Jafar, éste tiene una salinidad del 40% y pierde un metro de profundidad cada año, ósea que se está secando poco a poco. Naturalmente una compañía nacional extrae la sal.
Paramos a comer en un restaurante buffet en una piscina con vistas al mar, solamente hay cerveza sin alcohol, agua pues.
Después de la comida entramos en el hotel de hoy, unos problemillas a la hora del check-in que nos han hecho perder unos 15min pero no la calma, finalmente nos dan la habitación y nuestro guía se nos despide, el regresa a su casa y mañana nos vendrá a buscar un conductor que nos llevará hasta el hotel de Amman, el mismo que las primeras dos noches. Un abrazo y mucha suerte.
Traje de baño, zapatillas y pareo, con esto nos vamos a la supuesta playa del hotel para bañarnos en el famoso mar donde todo el mundo dice que flotas. Bueno, empezando por la playa, ésta tenía una ligera pendiente, diría sobre un 30%, no apta para personas con vértigo. Cerca del agua no había arena, solo piedras de varios tamaños que dificultan el andar y hasta alguna de ellas duele. El agua, ya lo sé, salada pero algo sucias de vegetación. Me da igual, me tiro. El fuerte viento imprime al agua un efecto remolino que en unos pocos segundos me lleva hacia dentro así que opto por nadar rápidamente y salir a tierra firme.
El resto que decir, con tanto viento era imposible quedarse allí, decidimos regresar a la habitación. El resto de la tarde navegando a tri-banda en internet, mi PC, mi iPhone y el Smartphone de Mon, aquí sí que funciona muy bien internet y va incluido en los servicios del hotel.
Cena correcta, por fin cenamos salmón, un par de tés y a la habitación, a ver si mañana no hay tanto viento y podamos disfrutar de un día de relax antes de regresar a la capital.