2013_Amman-BCN, Día 8
febrero 17, 2013
Ya que hoy solamente puedo contar sobre el viaje de regreso en avión con madrugón incluido pasaré a dar algunas informaciones sobre Jordania.
Parece mentira que en este país cuyas fronteras tocan Iraq y Siria con guerra civil, Israel con el problema de los palestinos y finalmente Arabia Saudí se pueda respirar paz y tranquilidad.
Los jordanos son gente tranquila, nada pesados, inclusive en los lugares turísticos no te atosigan para venderte, digamos que son muy parecidos a lo que nosotros llamamos europeos de hecho en la guía de Jordania ponía: los jordanos tienen corazón árabe y mente británica.
Los vehículos son en su mayoría coreanos y japoneses, las marcas más comunes son Hyundai, Kia, Daewoo y Toyota. La manera de conducir es similar a otros países musulmanes, es decir, conducen despacio pero no suelen parar en ningún stop, pitan mucho pero es lo normal, en línea general no son un peligro y respetan la velocidad permitida en cada tramo indicado. El parque de vehículos es viejo, los nuevos se ven sobre todo en la capital y son escasos. Las furgonetas son en su mayoría abiertas, de la marca Toyota y en repetidas ocasiones sobrepasan la carga máxima permitida. Los camiones grandes son Mercedes.
Las carreteras son en su mayoría de dos carriles, con división al medio, normalmente iluminadas aproximándose a los pueblos y en línea general correctas. Existen innumerables controles de velocidad por parte de la policía que estaciona al límite de la misma carretera en posición transversal poniendo un cono naranja sobre la línea amarilla que marca el arcén.
Las placas de las matrículas son, cómo la mayoría de países árabes blancas, los vehículos gubernamentales tiene una banda roja, los comerciales una verde y los de importación temporal una amarilla. Solamente tienen que pasar la ITV los comerciales.
Debido a que hasta hace poco tiempo atrás el petróleo les llegaba de forma gratuita desde Iraq, nunca se han preocupado por buscarlo en su propio territorio a pesar de estar en la península arábica, hecho que me hace pensar que no quieren avanzar de una forma rápida.
Sus recursos naturales son el fosfato y el potasio que exportan desde el puerto de Aqaba. Son completamente dependientes de Egipto que les suministra luz y gas. Hemos visto en Petra una estación de placas solares y la verdad es que no entiendo cómo estos países no aprovechan esta fuente de energía barata y limpia teniendo en cuenta de que tienen sol todo el año.
Para lo que respeta al tema agricultura siembran fruta y verdura sobre todo en la parte norte del valle de Jordania, las naranjas y las manzanas son de reducidas dimensiones mientras las berenjenas son gigantes, existe un cítrico que es un engendro entre naranja y pomelo, exquisito. La mayoría de la fruta y los vegetales los exportan a sus vecinos árabes mientras ellos importan desde China más barato pero de peor calidad.
Amman es una ciudad en pleno auge, se está construyendo en todas sus zonas tanto viviendas particulares cómo enormes rascacielos, según Jafar el dinero proviene de particulares con mucha cantidad de efectivo que se han escapado de Iraq y Siria, otros provienen de los países del golfo. Para un extranjero no hay ningún impedimento en instalarse en este país y abrir su propia empresa. La mayoría de la gente habla árabe e inglés que aprende en la escuela oficial.
Los jordanos son en su mayoría musulmanes, hay mezquitas en todas partes pero no tan bonitas cómo por ejemplo en Marruecos. Existe también un 5% de cristianos, no hay problema alguno de convivencia.
Bueno ahora mismo estamos esperando subir al avión, hemos pasado doble control tanto de pasaportes cómo de maletas y equipaje de mano, esto no lo había visto en ningún otro aeropuerto, la pregunta que me hago es: ¿Realmente es porqué quieren tener la seguridad de que no haya un ataque terrorista o es porque no se fían de sus propios funcionarios? En fin…
Se acaba aquí este viaje que, en línea general, recomiendo a todo el mundo, volvemos a Barcelona y nos quedan todavía varios días de descanso.