2014_Bistrita-Piatra Neamit, Día 5, 335Km
octubre 8, 2014
Hoy la cosa iba de monasterios, eso sí, todos ellos patrimonio de la UNESCO.
Vuelve el sol y el buen tiempo que, según la previsión, nos acompañará hasta finales de semana, mejor.
Salimos en dirección Bucovina, espléndida comarca montañosa dominada por el verde de sus abetos y sus pastos. Muy poco tráfico por la carretera, la zona es típicamente rural, se respira más tranquilidad que nunca. Aquí el espíritu religioso rumano más profundo ha generado los Monasterios Pintados al exterior, joyas únicas del arte bizantino.
Las invasiones turcas obligaron varios monjes ortodoxos a huir hacia los Cárpatos, allí los príncipes moldavos los acogieron. Tras varias batallas entre el siglo XV y XVII se construyeron la mayor parte de los que hoy conocemos como los monasterios de Bucovina.
La peculiaridad de estos edificios son sus pinturas no solamente en la parte interior si no en toda la parte exterior. Sus representaciones los hacen únicos en todo el mundo.
La primera visita es al Monasterio de Moldovita, sin duda alguna el que mejor conservado está. Ya de por sí una iglesia pintada en su totalidad en el interior es algo que llama la atención pero ver lo mismo en el exterior es algo realmente excepcional. Unas pinturas que prácticamente han resistido en la fachada sur tantos siglos es algo realmente increíble teniendo en cuenta además que en esta región los duros inviernos empiezan a principios de noviembre y acaban a finales de abril.
Mientras estábamos mirando las pinturas, Alex nos iba explicando el significado de varias de ellas. De repente aparece y se queda cerca nuestro una señora que haciéndose la interesada nos sigue cuando entramos al interior pasando de una parte a otra. Al salir, se dirige directamente a Alex y le dice que viene de Méjico y que por favor le diera sus datos porqué le ha gustado mucho como desarrollaba su trabajo de guía.
Visitamos el museo y a la salida me pide amablemente de hacerle unas fotos y me planta en la mano una tablet y una cámara. Resultado: sesión fotográfica. Nos despedimos y seguimos.
Parada para comer en un complejo turístico rural, hoy toca pollo. Al salir nos cruzamos otra vez con Miss Méjico, es un decir, tendrá unos sesenta años y, sin cortarse ni un pelo nos pregunta si se puede unir al grupo con el fin de llegar mañana a nuestro destino final que coincide con el suyo. Alex le dice que él no decide así que nos pasa el marrón a nosotros.
Hablo en privado con Mon la cual me comenta que por ella no hay ningún problema así que le digo que vale pero que no me haga hacer más de reportero fotográfico. Alex le dice donde dormiremos ya que ella tiene que regresar a otro pueblo y recuperar sus maletas, nosotros marchamos.
Siguiente monasterio: Sucevita, más reciente, es del siglo XVI. El monasterio está muy bien fortificado cómo si fuera un castillo pero sin foso. La mejicana sigue nuestros pasos y nos comenta que nos veremos en nuestro hotel, ya ha hablado con su chofer que la acompañará antes de despedirse. Volvemos a la furgo y nos vamos.
Tercera y última visita es al monasterio de Voronet. Aquí llegamos justo una media hora antes del cierre que normalmente coincide con el tramonto. Nos da tiempo a verlo por fuera y por dentro, escuchar las explicaciones de Alex y, antes de salir, comprar un souvenir típico de la zona: unos huevos pintados y también un imán.
Se ha hecho de noche pero llegamos sin problema al hotel (http://www.centralplazahotel.ro) donde cenamos y mientras esperábamos las dos truchas aparece la mejicana, que ilusión…
Rumania nos está gustando, desde luego nada tiene que ver con los rumanos que en España se dedican al robo, es muy posible que aquí el poder adquisitivo de la gente no esté a la altura de muchos otros países europeos pero desde luego se le ve gente tranquila.
Hasta mañana.