2015_Refugi 307 y Templo de Augusto
enero 25, 2015
Hoy no visitamos ningún lugar bonito, ni una iglesia, ni un edificio, ni un museo, hoy conoceremos desde dentro, una parte de la historia contemporánea de Barcelona que para mi es completamente desconocida, el lugar se denomina el «refugi 307» (http://museuhistoria.bcn.cat/ca/node/15).
Los primeros bombardeos sobre la ciudad pusieron en marcha lo que se denomina la defensa pasiva, promovida en primer lugar por el Gobern català y el ayuntamiento y, posteriormente, por el esfuerzo colectivo de la población civil. Durante la guerra civil española se construyeron más de mil refugios repartidos por toda la ciudad, la mayoría de ellos han sido destruidos debido a la reconstrucción de edificios o aparcamientos.
El refugio que visitamos hoy es algo distinto del resto por su ubicación: la montaña de Montjuic tocando el barrio del Poble Sec y también porqué no se construyó bajo tierra si no dentro de la propia montaña. La longitud es de aproximadamente unos 400m, los túneles tienen el techo redondeado cuya altura es de unos 2m y 1,6m de anchura, muy grande si lo comparamos con el resto.
Se calcula que cabían unas dos mil personas y la construcción se debe al esfuerzo diario de la gente del barrio que lo construyó sin parar durante mas de dos años, tiene tres entradas, una de ella tapada y está compuesto por diferentes instancias cómo unos lavabos, una fuente, una enfermería, una sala para niños y hasta una chimenea.
En la actualidad ha sido reformado para poder enseñar al público en general lo que fue la guerra y sus consecuencias. Lo que sí me parece bastante raro es que somos un grupo numeroso, unas 25 personas incluido un par de niños. Durante el recorrido paramos de vez en cuando para escuchar las explicaciones de la guía. La visita que en un principio nos habían dicho que era de una media hora ha durado casi el doble. Nos vamos.
Unos de los lugares de restauración más antiguos de Barcelona es el restaurante «els Cuatre Gats» (http://4gats.com) y es típico. Mon no había estado con anterioridad y antes de ir a probar las delicias de sus platos pasamos a buscar a Agus y Conchita. La comida y, sobre todo la compañía, fantástica. Un lugar que tiene su especial encanto.
Salimos a pasear los cuatro (sin ser gatos) y nos vamos a ver algo que, en mis casi veinte y siete años de residencia, ni siquiera tenía constancia de su existencia hasta hace unos pocos meses atrás: el templo de Augusto, o si lo preferís, lo que queda de él (http://museuhistoria.bcn.cat/ca/node/4).
Ubicado dentro de un edificio, uno no se espera que unas columnas de más de dos mil años estén dentro de un patio, por suerte cubierto, a finales del siglo XIX las obras de construcción del «Centre d’Escursionistes de Catalunya» pusieron al descubierto esta parte de la historia que hoy en día podemos apreciar de forma gratuita. Es algo raro pero existe. Hay tres columnas que se encontraron en esta ubicación y una cuarta que inicialmente estaba expuesta en la plaza del Rei y que posteriormente se adjuntó a las tres existentes.
Que decir… verlo para creerlo.
El resto de la tarde paseando por el barrio gótico y tomando unos cafés en un irlandés, buena charla y buena compañía, sobre las 20:o0h les acompañamos a casa y nos retiramos. Otro domingo que se nos va pero nos queda dentro más conocimiento, hasta la próxima.
enero 27, 2015 a las 10:03 PM
Tres visitas desconocidas, impactante tanto el refugio como las columnas,
Els cuatre gats no es sólo un magnífico restaurante sino un local de la época encantador, un domingo más de turistas pero esté con buena compañía.