2015_Rio de Janeiro, Día 5

mayo 7, 2015

Ante todo tengo que hacer una corrección sobre el transporte, hace unos días había dicho que los autobuses se llamaban “rodoviaria” pero es del todo incorrecto, estos son los que unen las ciudades, los urbanos se llaman “ônibus”.

Dicho esto hoy puedo hablar un poco de la ciudad que, a pesar de los muchos avisos sobre todo por brasileños residentes en España y de españoles que han viajado a Brasil, no es para nada una ciudad insegura, al igual que cualquier otra metrópoli hay que estar atento porqué ladrones los hay en todas partes pero con un mínimo de precaución puedes desenvolverte sin mayores complicaciones. Hasta el momento no nos hemos sentidos fuera de lugar, aquí la población es muy variadas y de distintas tonalidades de piel.

Es una ciudad enorme, las distancias son largas sobre todo teniendo en cuenta su orografía que complica la circulación obligando a dar largos rodeos para ir de un lugar a otro, la población es de unos seis millones y medio de habitantes, la ciudad está muy viva, su gente se les ve trabajadores, es muy limpia, JL dice que ni punto de comparación con Belo Horizonte, hasta los autobuses y el metro están impecables.

Esta mañana después del desayuno de rigor, nos dirigimos a una agencia local (http://www.riomaximo.tur.br) con el fin de asegurarnos las plazas para la excursión del próximo sábado.

El paseo de la playa de Copacabana es genial, sobre todo a esta hora de la mañana que no hace calor, hoy tenemos sol, paseamos por delante de lo que ha sido el más famoso hotel de la ciudad y me atrevería a decir de toda América del Sur: el Copacabana Palace (http://www.belmond.com/pt-br/copacabana-palace-rio-de-janeiro/).

Entre la acera con su peculiar dibujo a forma de olas en gris claro y oscuro y la calle de tres carriles hay uno para bicicletas, el primero que vemos en toda la ciudad, algunas bicis ruedan en él. A nuestra izquierda la playa que es mas estrecha que la de Castelldefels, hay varios chiringuitos, algunos chavales jugando con la pelota, otros haciendo footing, finalmente llegamos al «posto 5» ubicado justo en frente a la calle de la agencia.

Una vez pagada la excursión, subimos a un bus y nos dirigimos a uno de los estadios de futbol más emblemático del mundo: el Maracana. A la entrada pedimos guía en Español pero solamente hay en Portugués-Inglés, la visita empieza ahora mismo. Subimos hasta la planta cinco y nos unimos al grupo, la guía una vez preguntado nuestro idioma nos habla también en Español.

La visita pasa por diferentes plantas hasta que nos permiten entrar al campo, eso sí, vallado, y poder tocar el césped. Es impresionante ver su estructura completamente redonda, los asientos son un mix de colores progresivamente degradados conforme van bajando del blanco al gris, azul claro y oscuro y amarillo. Pregunto a la guía cuantas localidades y me dice que antes de la nueva normativa de la FIFA eran 200.000 y ahora se han reducido en unos 80.000. No importa porqué siempre será un estadio que ha escrito la historia del futbol mundial y nosotros podemos afirmar que hemos tenido la suerte de poderlo pisar. Se acaba la visita, nos vamos.

Volvemos al centro en metro y buscamos un restaurante para comer uno de los platos más típicos de Brasil: la feijoada. Lo hacemos sentados en una terraza respirando paz y tranquilidad. Llega la comida, buenísima, me como dos platos y luego casi no me puedo levantar…

Un paseo muy largo nos permite pasar por la «Marina da Gloria», un puerto deportivo, pasamos por el monumento dedicado a los militares brasileños muertos en la 2ª Guerra Mundial donde están montando unas carpas, suponemos que es para algún acontecimiento.

Seguimos y cruzamos una enorme avenida, en Rio los cruces peatonales son escasos así que o esperas de encontrarte alguno o cruzas a lo bestia. Al otro lado y por primera vez en este viaje me equivoco de calle y nos metemos en el barrio de Glória, cuando la calle se acaba Mon dice que quizás no vamos en la dirección correcta, JL pregunta a un chaval el cual nos indica de volver sobre nuestros pasos y al final de la calle girar a la izquierda, allí que vamos.

Una breve pausa en una terraza para tomarnos unos «chopos» que son unas cañas y en seguida llegamos al barrio de Lapa famoso por sus arcos y sus bares para tomar algo, hoy el ambiente no está muy animado, sacamos unas fotos, buscamos una boca de metro para regresar a nuestro apartamento, estamos bastante cansados, yo tengo la comida que no baja, esto nunca me había pasado. Al llegar miro cuanto hemos andado hoy, 20,36Km o, si lo preferís 27.166 pasos y no lo digo yo, lo dice la app del iPhone.

después de una buena ducha y un merecido descanso salimos a cenar algo ligero por el barrio, nos acostamos, mañana más caña…

Una respuesta to “2015_Rio de Janeiro, Día 5”

  1. jose luis Says:

    Esa «feijoada» tal vez sea el plato que más me apetecía que comierais, me hizo sentir «cicerone», espero que esos «feijaos» no repercutan en tu estoamgo y le des la noche a Mon, un besazo


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