2015_EXPO Milano
agosto 16, 2015
Esta vez simplemente estamos hablando de un fin de semana pero bueno es algo que no estamos acostumbrados ya que no tenemos muchos disponible donde poder aprovechar sábado y domingo.
Teniendo tan poco tiempo se me ha ocurrido ir a ver la EXPO (www.expo2015.org), algo que a pesar de haber tenido cerca en otras ocasiones, nunca he hecho, en esta ocasión el tema es: dar de comer al planeta, energía por la vida. Así que, para Milán que vamos.
Viernes 14 de agosto
Ambos salimos del trabajo antes, sobre las 18:00h, para poder disponer del tiempo suficiente para ducharnos, vestirnos, preparar las mochilas e irnos al aeropuerto o, mejor dicho, a dejar el coche al nuevo parking T3 (www.parkingt3.es/es), el más barato de los que hay disponibles, donde llegamos sobre las 20:20h.
Desde allí nos acompañan con el mini-bus y nos dejan en la T2, cenamos algo y embarcamos según lo previsto.
Vuelo agradable a pesar del aviso del piloto que anunciaba turbulencias. Llegamos al aeropuerto de Malpensa a las 23:47h, salimos rápidamente, fuera tres compañías diferentes esperan con sus buses para conectar con Milano Centrale por tan solo 8,00€, para no tener la molestia de cambiar más tarde el metro en destino prefiero esperar el bus gratuito que conecta la T2 con la T1 y desde allí llegar a la ciudad con el tren Malpensa Express, error que cometí.
Después de una espera de más de media hora finalmente llega el bus, subimos y en pocos minutos llegamos a la otra terminal, nos acercamos al distribuidor automático de billetes y compramos dos. Hasta aquí mas o menos bien, el problema ha sido que al querer bajar a la vía del tren nos encontramos la escalera mecánica parada con una bonita cinta roja impidiendo el paso, preguntamos a un chico con una uniforme de trabajo y nos dice que el último tren se acaba de ir, no hay más hasta primera hora de la mañana, uff, regresamos a la T2.
Allí ya no había ningún bus y no salía ninguno más, entonces nos quedaban dos opciones: ir a dormir al hotel enfrente o ir a Milán con un taxi, optamos por la segunda a pesar de que el coste ha sido de casi cómo el billete de avión, no podíamos no ir a casa de Gianni, habíamos quedado y él nos esperaba allí.
01:40h nos tumbábamos en el sofá cama, en seguida estábamos durmiendo.
Sábado 15 de agosto
A pesar de tener siempre programado el despertador del móvil a las 8:00h las campanas de la iglesia de al lado nos han dado el “buongiorno”… en marcha, ducha, café y andando al metro. Pasamos por un mercado donde compramos un par de bananas, las abrimos y nos las comemos tranquilamente andando, hay que coger fuerza que el día de hoy va a ser duro.
En Milán las líneas M1 y M2 tienes en ambas direcciones dos destinos distintos pero en ambos casos comparten buena parte del tramo central, nosotros debíamos ir a cualquiera de los dos destinos hacia una dirección, tan solo dos paradas y cambiar para ir directamente a la EXPO en otra dirección. Bien bajamos en la parada de intercambio, subimos y bajamos al lado opuesto mientras llega el tren, subimos corriendo, la siguiente parada le digo a Mon: nos hemos equivocado, regresamos al punto de salida… risas, en este finde el transporte no es lo nuestro!!!
Llegamos al final del trayecto correcto donde finalmente está la feria, un paseo por un puente nos lleva a la entrada, metal detector y para dentro. Pasamos por delante del pabellón de la ONU donde ya hay cola, seguimos hasta el pasillo central llamado, cómo no Decumano, esto suena a Roma pero…
Hay que decir que para ambos es nuestra primera EXPO por lo tanto no tenemos ningún tipo de referencia anterior, es toda una novedad.
Teníamos apuntado algunos pabellones, allí que vamos, el primero: Corea del Sur. No hay cola, entramos. La primera parte es un juego de colores blancos y negros, algunos caracteres coreanos en las paredes y tras la pregunta: “Come si puó nutrire il Mondo?” entramos en una zona oscura donde varios cuencos con imágenes digitales en su interior nos hacen ver formas y colores muy bonitos en constante cambio.
Salimos al exterior, el Decumano está protegido por una estructura cubierta para dar protección al visitador tanto al sol cómo al agua, la previsión es que va a llover pero confiamos en nuestra buena estrella.
Nuestra siguiente visita es en el pabellón de Uruguay, poca cola, bien, entramos, un audiovisual muy logrado nos enseña brevemente la historia del país y los programas de futuro, una combinación de pantallas en movimiento con imágenes hace que sea muy logrado.
Salimos y nos hacemos un selfie estrenando el palo y para el pabellón de España que vamos.
Allí las imágenes hacen referencia a los productos típicos al que estamos acostumbrados, un interesantísimo video, muy bien logrado por cierto, cierra la visita explicando la importancia que tiene el chef sea de donde sea, para que, aprovechando al máximo las infinitas especies de peces no comerciales que al día de hoy son completamente desconocidas sobre todo para el público en general, pueda lograr al máximo los recursos de nuestros mares.
Tras un breve paso por Hungría la siguiente visita: Ecuador, muy bonito por fuera, un cubo con tiras metálicas dibujando muchos colores y su nombre, por dentro las chicas explican la biodiversidad de este país con sus tres zonas continentales y el archipiélago de las Galápagos, un viaje que tendremos que poner en la agenda.
Salimos, unas cuantas fotos de algunos detalles y llegamos al pabellón de Japón, dos horas de espera más cincuenta minutos de visita nos hace desistir, seguimos hasta el final donde encontramos la plaza de la biodiversidad, allí subimos por la “collina mediterranea” donde estamos completamente solos, sacamos una fotos y seguimos bajando por el lado opuesto.
Regresamos y decidimos hacer los pabellones del lado izquierdo así que por orden visitamos: Turkmenistan donde unas gigantes alfombras colgadas y una bola con imágenes colgadas del techo nos reciben. Nada más que apuntar.
Una foto con Mon a la “M” del pabellón de McDonald’s.
Qatar es el siguiente, un poco de cola, ahora hay más gente que hace una hora, nada destacable exceptuando una rampa en espiral tipo museo Guggenheim que efectuamos en bajada, en el medio un especie de árbol con imágenes, láser y sonidos que nos acompañan hasta la salida.
Una divertida foto con Mon encima de un ciclomotor de tres ruedas para entrega de pan delante del espacio Moretti es el paso previo al pabellón de Marruecos donde nada destaca.
Iran, Chile, Austria y Eslovenia. El primero, un túnel de vegetación e imágenes, el segundo nada que decir, el tercero una foresta con mucha humedad supongo que genial en un día de mucha calor y finalmente el cuarto donde a parte el ofrecimiento de un paseo descalzo sobre un manto de sal el resto es irrelevante.
Después de una visita al servicio, Mon de repente dice: ¿y el teléfono? ¡M… me lo he dejado en el lavabo! Corre para atrás y la flor en el c… la ha tenido ella porqué allí estaba esperándola, quedará en el baúl de los recuerdos.
Parada técnica para comer, mal x cierto, seguimos no hay tiempo que perder.
Llegamos a la “Piazzale Italia” donde el Decumano se cruza con el Cardo, otra vez Roma…
Imposible entrar en el pabellón Italia, demasiada cola, seguimos hasta el árbol de la vida, allí tomamos nota de los horarios del espectáculo de luces, decidimos ver el de las 21:00h.
Méjico es el siguiente, nada que destacar tampoco, arriba, en la terraza un bar, un par de Coronas sirven para un descanso antes de seguir.
Rumania sin comentarios. Reino Unido nos propone una estructura de metal y, nada más…
Los dos siguientes son Kazakhstan y Emiratos Arabes Unidos, en ambos casos más de dos horas de espera, decidimos tirar para el siguiente: Azerbaigian, entramos. Unos interesantes grupos de flores en grupos de diferentes colores os reciben, suben y bajan la intesidad de su luz según el movimiento de las manos al pasar sobre ellas. Productos locales en botes de vidrio, artesanía, e de nuevo fuera.
Paseamos por Vietnam, Bélgica donde nos entregan una galleta a la entrada y nos dicen de no comerla de momento, un poco más arriba la entregamos a una señora que nos la unta en chocolate, divertido.
Sudan, Nepal e Irlanda, uff hemos acabado todo el lado izquierdo, propongo ir al pabellón cero, el de la ONU. Tenemos suerte casi no hay cola, entramos. El edificio es enorme por dentro nos encontramos con una pared de madera con infinidades de cajones que forman parte de la fachada de un edificio, tres enormes arcos nos introducen al siguiente espacio donde en una macro pantalla se filma la vida de un poblado con sus costumbres cotidianas.
El siguiente espacio, bastante a oscuras, tiene diferentes pantallas donde aparece los diferentes tipos de fruta y hortaliza.
Viene ahora el turno de los animales tanto terrestres como marinos, todos ellos de color blanco.
En el espacio posterior hay una enorme molino, el hombre que trabaja la tierra.
Pasamos de la paz a un ruido molesto de distintas pantallas, parece la bolsa pero todo lo que vemos son valores de la propia comida, el progreso que nos lleva al sucesivo espacio donde solamente encontramos montañas de basura, la cantidad de ella que la humanidad hecha a perder a diario, da a que pensar.
Al salir me da la sensación de haber bien aprovechado el día, prácticamente no hemos parado desde que hemos entrado y ahora una pausa merecida, una cena en condiciones sentados en el restaurante uruguayo, carne naturalmente, como no podía ser otra cosa, exquisita.
Nos dirigimos al Lake Arena para ver el espectáculo. Regresamos por el Decumano hasta allí donde, una vez instalado el iPhone en el palo disfrutamos viendo el espectáculo de luces, agua y sonido cuya duración es de 12min. Sin lugar a dudas el mejor cierre de la jornada ferial.
Antes de marcharnos preguntamos donde está la consigna y, algún fallo debería haber de lo contrario no sería Italia, no hay. Mañana a ver cómo nos lo montamos.
Regresamos a casa de Gianni, junto a Elena, esta vez en coche, nos vamos a la zona “dei Navigli” que precisamente en ocasión de la Expo han sido transformados por la celebración del certamen. Desde que marché de mi ciudad y durante más de dos décadas Milán no había avanzado mucho en lo que respeta a modernización, más bien se le veía una ciudad que no supo avanzar con el pasar del tiempo pero en esta ocasión he podido apreciar cambios relevantes, más limpieza, más iluminación, más vida, eso es bueno para lo que es, tras Roma, la ciudad más importante de Italia.
En Italia el 15 de agosto es festivo, se llama “Ferragosto” y esta noche hay un espectáculo de fuegos artificiales, los vemos junto a los que yo diría, la mayoría de milaneses que no se han marchado a la costa, pero sin estrés. Más tarde nos sentamos en una terraza a tomar una copa y nos retiramos, antes de ir a casa pasamos por la zona norte donde han construido varios rascacielos en un barrio completamente nuevo sede de diferentes empresas, bancos y apartamento de alto standing, más aire nuevo para la ciudad. Sobre las 01:40h nos retiramos, mañana hay que seguir.
Domingo 16 de agosto
En un principio mi intención era levantarme a las 08:00h pero hasta que las campanas no han tocado, hoy a las 09:00h he seguido durmiendo. Ducha rápida, café, Gianni nos acompaña a Cadorna, estación de Tren y Metro donde nos habían dicho que había consigna. Nos despedimos, hasta la próxima amigo.
Entramos pero no encontramos ninguna consigna, nos informan que hay que ir a la estación Centrale, allí que vamos, en metro, una vez dentro damos una vuelta del copón para encontrar la consigna que estaba nada más entrar al final a mano derecha, hay cola, vamos a desayunar, luego dejamos las mochilas.
Metro de regreso, se me ocurre bajar en otra parada para coger un tramo de la nueva M5 pero salimos y para volver a entrar sin pagar entramos junto a una señora que nos pide de pasar el billete para su perro, repito: el transporte no es lo nuestro en este finde. Sobre las 12:00h llegábamos a la EXPO.
Teníamos claro desde ayer que hoy tocaba ver Japón independientemente del tiempo de espera, allí que vamos, una hora y media de cola, no hay problema. Aquí también la visita está dividida en distintas instancias, la primera encontramos unas grandes imágenes retro-iluminadas, a continuación entramos en un espacio a oscuras donde paseamos por un falso bosque donde los árboles son unos platos de plástico blando instalados en unos palos flexibles, al fondo una gran pantalla, el juego de luces hace que los colores van cambiando así cómo las imágenes.
Se abre una puerta, seguimos la visita donde hay una pantalla redonda horizontal, sobre ella un tubo vertical, la imagen de fondo es una cascada de agua y dentro diferentes imágenes con platos japoneses, antes de entrar nos habían comentado que descargando la App se podía tocar cualquiera de ella y llevarnos las recetas, nosotros hemos pasado del tema.
Pasamos ahora por un panel vertical luminosos donde podemos apreciar una presentación en general de la cocina japonesa con sus platos.
Antes de subir a la planta superior, pasamos por otra zona oscura y por una curiosa mesa donde la parte a nosotros cercana tiene una altura y al final otra más alta mientras el respaldo de la sillas sube también en proporción pero no el asiento, algo curioso, en fin son japos.
Finalmente llegamos a lo que es la última parte del recorrido, una gran sala con mesas que quiere ser un restaurante futurista donde el cliente tiene una pantalla en lugar de un plato y puede interactuar, espectáculo incluido por dos chicos. La sensación es que al salir tienes hambre pero al ser el restaurante lleno y además automatizado para el pedido, nos vamos.
Hoy no nos queda mucho tiempo así que vamos por un par de bocatas rápidos y nos metemos en la cola de Kazakhstan, recomendado por todo el mundo.
La cola poco más de dos horas, finalmente entramos.
Nos sentamos todos en el suelo y miramos una pantalla donde una mano experta dibuja con arena la historia de este país de la orilla del mar Caspio perteneciente en un pasado a el imperio ruso, independiente desde 1991 es el noveno país más grande del mundo.
En la siguiente parte diferentes sub-zonas nos enseñan la biodiversidad del país, unos chupitos para probar leche de caballo, muy agria por cierto, un mecanismo redondo movido por una chica nos explica con palabras e imágenes en movimiento el proceso de secado del mar de Aral, al final una piscina con esturiones nos da a conocer que este país exporta las famosas huevas.
La parte final de la visita consiste en una gran sala con cine dinámico 3D donde vemos una muy buena presentación del país con final en Astaná, su capital y sede de la próxima EXPO 2017.
Salimos muy satisfechos.
Un breve paso por el Pabellón de Milán donde se aprecia el proceso de restauración de la “Madonnina del Duomo”.
Ya no nos queda tiempo, ha llegado la hora, nos vamos con un muy buen sabor de boca, las expectativas han sido muy superiores a las previstas, ir a una EXPO es equiparable a viajar por todo el mundo en una área reducida, ¿Bonito no?
Pero aquí no se acaba la aventura, subimos al metro, nos sentamos y en un par de minutos se apagan las luces, una chica nos avisa que hay una persona caminando por la vía y que hasta que las autoridades la saquen, el tren no puede circular, nos miramos y coincidimos en que es lo que hay, si llegamos a tiempo, regresamos, de lo contrario nos quedamos.
Una vez en marcha, hacemos transbordo de la M1 a la M3, retirada de mochilas, Malpensa Express, navetta de la T1 a la T2, control y, cómo no, llegamos al embarque pero como hay cola, nos queda tiempo para comernos otro bocata rápido antes de subir al avión.
La llegada al El Prat ha sido sin problema asi cómo el mini-bus T3 y la retirada del Golf limpito por fuera y por dentro, genial. En casa cansados pero contentos.