2018_Milano
octubre 15, 2018
Viernes 12 de octubre
Si Mahoma no va a la montaña la montaña va a Mahoma, o algo por el estilo, me explico mejor. Cuando U2 anunciaron el Tour Experience se “olvidaron” de tocar en Barcelona y después de trece años volvieron a Madrid. De inmediato miré fechas en cualquier ciudad europea y, mira por donde, el 12 de octubre, fiesta nacional en España, tocaban en Milán.
Cuando se pusieron las entrada en preventa, utilicé el código recibido por formar parte del Fans Club y listo, ya teníamos dos entradas, comprar el billete de avión obviamente no ha resultado complicado, una llamada a Gianni para el alojamiento y ya teníamos montado el weekend completo.
Se me ocurrió otra idea, pedir a mis amigos de organizar una cena para vernos todos como en los viejos tiempos, propuesta aceptada y me he olvidado del tema que ya estaba en buenas manos.
Para aprovechar al máximo el “finde” tenemos el vuelo a las 8:40h así que en pié muy pronto, con el Polo vamos a uno de estos aparcamientos donde dejas el coche, te llevan al aeropuerto y te recogen a la vuelta por un importe inferior a lo que valdría un taxi, realmente vale la pena.
Sin problema nos dejan en la T2 donde embarcamos en el vuelo EasyJet que nos lleva a Milano Malpensa, desde allí, como de costumbre, en tren llegamos al centro de la ciudad, sucesivamente con el metro nos acercamos a la siempre emblemática “Piazza del Duomo” donde aprovechamos para hacernos el selfie de rigor. Tras un par de tentativos con foto quemada por la luz del sol, encuentro un punto perfecto a la sombra de una farola. La catedral cómo siempre imponente, pocas ciudades pueden presumir de una obra tan majestuosa, pues algo tiene que tener también Milán, no!?
Un breve paseo por la “Galleria Vittorio Emanuele” buscando sin éxito la tienda de zapatos donde trabaja Manu, una amiga, decidimos sentarnos a tomarnos un ten ten pié para poder llegar a la hora de la comida, hemos quedado con Gianni sobre las 14:15h. Punto de encuentro la parada del metro “De Angeli”, cerca de su apartamento, donde se presenta un poco más tarde.
Nos sentamos a comer un menú que ha resultado ser un poco desastroso pero la verdad es que la comida era lo de menos. Pasamos un rato juntos hasta que nos despedimos, nosotros nos vamos al Mediolanum Forum donde veremos el concierto.
En el trayecto me doy cuenta de que la parada donde tenemos que bajar está ubicada fuera de el área metropolitana y hasta se lo comento a Mon, es más le digo que con el bono de diez viajes metropolitanos no podremos salir, también le comento que en todo caso pagamos la diferencia y ya está. Esa era la idea, a la hora de la verdad ha sido toda otra historia.
Cuando subimos a superficie para salir y cruzar la autopista por el puente que une la estación con el estadio, nos encontramos con una barrera de controladores, puestos de propósito por la compañía de transporte, con el único fin de recaudar. Nosotros, al igual que el resto de personas tanto italianas como extranjeros hemos tenido que abonar no solamente el suplemento de un Euro y medio, la multa ha subido a 35,00€ cada uno. También nos explican que a la vuelta podemos sacar dos tickets para salir de la zona interurbana, salir del metro y volver a entrar picando nuestro bono, los compramos ya.
Como todos sabemos, en Barcelona, cuando se compran unas entradas para un concierto, en la mayoría de los casos, el comprador tiene la posibilidad de llevarlas en el móvil o también imprimirlas, pues aquí no, aquí o te las mandan a casa pagando un suplemento o las retiras en las taquillas la misma tarde del concierto llevando el e-mail de confirmación impreso y un documento, vamos como el siglo pasado… Para hacerla breve, hacemos la cola y sin mayores complicaciones nos entregan las entradas, pues, entramos.
Este palacio se construyó en su momento con la idea de albergar los partidos del equipo de Milán de baloncesto pero también se ha utilizado para conciertos, el problema es que solamente tiene poco más de doce mil localidades, que son más cuando la gente asiste a un concierto por ocupar también la pista pero sigue siendo muy pequeño para cierto tipos de acontecimientos como el de hoy.
Las fechas iniciales era 11 y 12 de octubre y han tenido que ampliarlo los días 15 y 16, esta misma mañana hemos visto carteles que ponían “sold out” las cuatro noches.
El escenario es prácticamente idéntico a el del 2015, una parte digamos clásica, una pasarela relativamente estrecha con una jaula metálica rectangular encima y un pequeño escenario redondo al final. Nosotros estamos posicionados en la zona fans club, perfecta diría yo, la diferencia con el Sant Jordi es que los asientos están pegados tanto lateralmente cómo de frente así que no queda casi espacio para bailar y la parte donde uno se siente se dobla al levantarse. Con cerca media hora de retraso sobre la prevista para el inicio del concierto, arranca el show.
Tal y como nos han acostumbrados el sonido es inmejorable, los audiovisuales muy acertados, ellos perfectos como siempre, el concierto ha durado unas 2h y no puedo decir que no ha estado bien pero le ha faltado algo, no se… un concierto de U2 sin Sunday Blody Sunday para mi es un concierto inacabado.
Alrededor de las 22:40h salíamos todos como sardinas del recinto, otra cosa incomprensible es que aquí no abren todas las puertas, no, hay que pasar por donde la organización decide así que se forman unos embudos impresionantes al salir y otros para o bien ir al parking o a la estación del metro, en fin, hay cosas que en Italia no cambiarán nunca.
Pasamos el billete por la máquina, volvemos a preguntar en que estación tenemos que efectuar el cambio y seguimos las instrucciones recibidas pero han resultado ser erróneas tanto que al poner el ticket en la máquina para salir en la pantalla se podía leer que estaba fuera de zona pero esta vez directamente he saltado el bloqueo y Mon detrás de mí, no pienso pagar más multas.
Finalmente regresamos pasando el bono y nos bajamos cerca de casa de Gianni, al no haber cenado nada, lo hacemos en un restaurante que él nos había recomendado, óptima comida y precio aceptable, lo que realmente me ha alucinado es que a diferencia de hace unos años atrás, ahora la gente va a cenar muy tarde y no hay ningún problema para ser atendido. Algo sí que ha cambiado en Milán, por fin!!!
Sábado 13 de octubre
Teniendo en cuenta que ayer nos habíamos levantado a las 4:30h y que nos metíamos en la cama que eran casi las dos, esta mañana nos hemos puesto en marcha que eran pasadas las nueve, Elena ya estaba dando vuelta por casa. Estamos un rato con ella charlando mientras el otro pasa al baño. Una vez preparados, ella se va a comprar con su madre y nosotros nos dirigimos, como no, otra vez al centro, en este viaje quiero comprarme una camiseta original en el Inter Store ubicado cerca de “Piazza San Babila” que está en obra, al salir pasamos por delante de la tienda oficial de ese equipo de Turín cuyos colores son blanco y negro y casi me viene un ataque de alergia. Finalmente entramos donde los colores son los de casa de toda la vida, le digo a Mon que me saque un par de fotos y finalmente salimos con la camiseta y una simple mochila pero muy práctica.
Seguimos paseando por el centro mirando y entrando en las tiendas hasta que se nos hace un poco tarde así que, vuelta a casa de nuestros amigos, hoy comemos allí con ellos. Una pasta caldosa con garbanzos exquisita, una ensalada de pollo, fruta, vino tinto y sobre todo buena compañía y risas, que no falten!!!
Pasa rápido el resto de la tarde hasta que viene la hora de la cena, yo me pensaba que saldríamos todos a cenar en algún restaurante conocido pero no, lo haremos en el ático que tiene Mario encima de su laboratorio odontológico, cada uno trae algo y se comparte entre todos, pues nosotros no nos podemos presentar con las manos vacías, vamos a comprar a un super cercano unas botellas de vino que nunca están de más.
Subimos al coche y nos vamos, somos los primeros en llegar, ni siquiera está Mario pero llega en los siguientes cinco minutos, empieza el reencuentro, hace prácticamente treinta años que no nos veíamos pero es como si hubieran pasado treinta días, abrazos y felicidad en los ojos, recuerdos que te pasan por la mente sin esforzarse lo más mínimo, genial.
Entramos y vamos subiendo, poco a poco va llegando todo el mundo, Max Vettore con su pareja, Luca sin Luana que desgraciadamente no se encuentra bien, lástima, Lino y Claudia, Giorgia y luego Francesca, Umberto, Steven, Cioncio, Cristina, Silvia, cada abrazo, cada beso, cada mirada me llena, es muy bonito sentir que lo que había existe todavía, aquella complicidad de un gran grupo de personas que lógicamente ha vivido su propia vida y que después de tanto tiempo se ha vuelto a juntar, aproximadamente hace tan solo unos tres años y hoy puedo decir que yo también estaba.
Transcurre la velada mientras cenamos, bebemos, charlamos, recordamos el pasado, el presente contando anécdotas de los hijos, reímos, simplemente perfecto, no tiene precio, hay que vivirlo para entenderlo, hasta Mon ha quedado encantada de nuestra complicidad sin tener diferencia alguna entre hombres y mujeres, un grupo con “G” mayúscula del cual yo he sido parte integrante y que, no obstante la lejanía, aún lo siento mío y no descarto en absoluto poder repetir un finde cómo este en un futuro no muy lejano.
A una hora prudente nos retiramos, Gianni ha dado casi la vuelta entera al reloj, pobre, si ha aguantado tanto solamente ha sido porqué yo estaba, hay que agradecérselo, en serio, “grazie Amico”.
Domingo 14 de octubre
Hoy dormimos un poco más y nos ponemos en marcha sobre las 10:00h. Café y nos vamos andando a un centro comercial relativamente cerca rodeado de bloques de nuevos edificios de alto standing. Allí hay dos rascacielos de forma diferentes acabados y un tercero en construcción. Entramos, desayunamos y paseamos por las tiendas, me compro una sudadera y un gorro ¿de que color? Naranja. Al rato vienen Mario y Cristina y pocos minutos después Lino y Claudia.
Decidimos ir todos a tomar un aperitivo de aquellos que picas tanto que al final estás saciado.
Otro paseo, otro café y se nos está haciendo un poco tarde, nuestro avión de regreso sale a las 19:40h y tenemos todavía que regresar a casa, cerrar maletas, coger metro y tren para llegar al aeropuerto. Para hacerla breve, llegamos a la estación del tren tan justos que perdemos el tren que queríamos coger, no pasa nada, ya tenemos el check-in on-line. Llegamos y corriendo un poco volvemos a estar “on-time”, bueno Mon dice que no sabe porqué siempre tenemos que correr, no le quito la razón, pero…
Mientras tanto en Barcelona se acerca lo que queda de un tifón, la tarde-noche se va complicando, tanto, que una vez dentro del avión nos anuncian que el vuelo saldrá con cerca de una hora y media de retraso, esto hubiese sido todavía llevadero, el problema ha sido que cada media hora repetían lo mismo y claro empezábamos a dudar si podíamos llegar a tiempo para recoger el coche, irnos a garraf, preparar la otra maleta para irnos a Costra Rica para nuestras más que merecidas vacaciones, el vuelo sale a las 8:00h uff.
¿Por qué siempre nos tiene que pasar algo al principio de nuestras vacaciones?
Finalmente arrancamos cuando desde Barcelona dan el ok, el vuelo bien, la hora de llegada, que queréis que os diga, justo el tiempo para hacerlo todo y regresar de nuevo al aeropuerto naturalmente sin dormir 😦